jueves, marzo 28, 2024

DE ENCANTOS Y DESENCANTOS: Mirada

*Mónica Herranz

 

“¡Bájate de ahí, pareces marimacho!”, es una de las frases que tuvo la fortuna de no escuchar en su infancia. En cambio, “¡¿cómo te metiste ahí?!”, “si pudiste subir, puedes bajar” o “¿cómo llegó ahí la niña?”, fueron bastante más comunes.

 

Traviesa fue desde pequeña, le gustaba explorar el entorno, eso sí, siempre en compañía de sus tres inseparables amigos: su muñeca, su perro con pantufla y su elefante rosa. Dónde estaba ella, estaba alguno de ellos, arriba del trapecio, en el columpio, en el sube y baja, abajo de la cama, arriba del clóset, escondida en un ropero, jugando en la avalancha…Una voz lejana, ¡te vas a caer!, llanto, consuleo, va de nuevo, ¡ahora colgando boca abajo en el trapecio!.

 

Jugar a la barbie constructora con la grúa del hermano, la casa del árbol, correr coches en el scalextric, jugar parchís, perder y reponerse. Tierna infancia.

 

Más tarde llegaron la bicicleta, los patines y la patineta. Generación sin casco ni coderas, rodillas raspadas, chichón en la frente, bistec en el ojo para que no se ponga tan morado, choque frontal en bicicleta, lentes rotos, visita a la óptica.

 

Artes marciales, ballet, fútbol, de todo probó. Música pop, ligera, romántica y música de rebelion. Querer tocar el saxofón; desarmar un teléfono para volverlo a armar, pedir a mamá que compre un ojo de res en la carnicería para explorarlo porque en la clase de ciencias así lo habían indicado, ayudar a papá a pintar cuarto de los trastos… linda adolescencia que un día terminó, personalidad constituida. Devenir del porvenir.

 

Ella tuvo la fortuna de poder explorar el mundo desde distintas perspectivas, tuvo la surte de la mirada de un entorno que la creyó capaz de hacer y lograr, que la dotó de suficiencia, e incluso también la suerte de que hubiera quien no la mirara así, pues eso no sirvió más que de impulso para seguir.

 

Hasta en los tiempos en que nadie creyó en ella, esa mirada, que la había constituido como una persona capaz de creer en sí misma, ya formaba parte de ella, ya no hacía falta que nadie se lo dijera.

 

Profesionista, enamorada, exitosa, fortalecida, a veces escalando, a veces de caída, gracias a que fue mirada desde niña como aquella persona capaz de lograr lo que se proponía. No hubo limitaciones o prejuicios, nada de que “esto no por que es para niños”, nada de ser mirada con minusvalía, nada de eres menos, eres poco, eres frágil, pequeño pétalo de rosa delicada…¡patrañas!.

 

!Felizmente patrañas! Multifascética es lo que aprendió a ser, multifascética sin desdeñar, sin ofender, integrando masulino y femenino a su personalidad.

 

Haciendo memoria, evocó una anécdota que en su momento la desconcertó y que ahora podía comprender. Recordó el día en el que por alguna trivialidad discutía con mamá y ésta lanzó algunas amenazas a modo de castigo, a lo que ella respondió. “pues ni tú, ni el gobierno, ni nadie, van a venir a decirme qué es lo que puedo o no hacer”. Ella vio que mamá la miró con cierto pláceme y no entendió porqué, ¿en qué momento pasó de la amenaza de castigo a mirarla con una actitud de entre satisfacción y autoafirmación?. Ahora lo sabía, para mamá fue el momento en el que vio a su hija como una mujer con carácter, capaz de defenderse, de defender lo que pensaba y sentía, con argumentos sólidos y contundentes, más allá del ni tú ni nadie, y no es que anteriormente no lo hubiese visto, sino que ahora, estaba consolidado. Ella podría defenderse de las hostilidades que el mundo en ocasiones tiene y por eso sonrió satisfecha.

 

 

Ésta es sólo parte de la historia de alguna mujer, hay cientos de miles de ellas, las hay afortunadas y desafortunadas, tanto historias como mujeres, pero si tú llevas bien esto del ser mujer, si lo has logrado a pesar de  los pesares, si has salido adelante, si te has caido y levantado, es en buena medida porque tuviste sobre ti, en algún momento de la vida, la mirada de un otro, que te indicó que ser mujer podrá ser muchas cosas, pero en ningún caso, una limitante.

 

 

Ya sea que lo conmemores, festejes, celebres o evoques… ¡Feliz día internacional de la mujer!

 

 

*Mónica Herranz

 

Psicología Clínica – Psicoanálisis

 

facebook.com/psiherranz psiherranz@hotmail.com

 

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