HÉCTOR MOCTEZUMA DE LEÓN
Después de escuchar la respuesta de Denisse Dreser, del presidente Andrés Manuel López Obrador sobre el caso Sergio Aguayo, en la mañanera de ayer, me queda más que claro, que la libertad de exprersión en el gobierno de la 4ª Transformación, está garantizada sólo para los cuates.
El presidente recordó que en el caso de Carmen Aristegui y su despido de MVS, fue un hecho de censura, como lo fue en el de José Gutiérrez Vivó; pero en el de Aguayo se trata se una disputa entre los hermanos Moreira y el periodico Reforma.
Como en otras ocasiones lo ha hecho, el presidente juzga a la ligera, no ofrece pruebas de que la decisón de un magistrado de condenar al articulista de Reforma sea porque Sergio Aguayo se metió entre las patas de los caballos y el sacrificio le costará 10 millones de pesos.
No señor presidente, para juzgar hay que presentar pruebas, como usted mismo lo ha dicho en los casos de que se cuestiona la actuación del algún miembro de su gabinte.
¿A qué nos atenemos quienes por obligación y con responsabilidad hacemos señalamientos sobre corruptelas de algún funcionario, sea o no del partido que gobierna, como en este caso a un ex -gobernador por el que nadie puede meter las manos al fuego?
Nadie en este país, ni siquiera sus ex -colaboradores darían la cara por Humberto Moreira, un gobernador que dejó temblando las finanzas del gobierno de Coahuila y que en diferentes ocasiones ha sido acuado de lavado de dinero y de tener nexos con el narcotráfico.
Usted señor presidente ha cuestionado a jueces corruptos, pero no dice nada de la actuación, en esta ocasión del juzgador que decidió darle la razón a un político corrupto y nos sale con que se trata de una disputa entre un periodico entre una familia de políticos coahuilenses y un diario, al qué por cierto usted a cada rato cuestiona por las criticas a su gobierno.
Las buenas intensiones no son acciones de gobierno y mucho menos una respuesta a las promesas de campaña que sus votantes esperan y que hasta ahora han sido inclumplidas por su gobierno.
No nos egañe presidente, usted está en contra de quienes cuestionan su gobierno y, quienes así lo hacemos, lo único que podemos esperar es atenernos a las conecuencias como ahora se atiene Aguayo.
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En Tamaulipas el PRI estatal puso a la venta 19 vehículos que estaban al servicio de los dirigentes de ese partido. No se trata de una subasta como las que se realizan en Los Pinos, sino que el partido no tiene ni para pagar los salarios de los pocos trabajadores administrativos que laboran en el mismo. Qué tiempos aquellos en los que el gobernador en turno enviaba cajas con dinero a la Tesorería del CDE.
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