Sostuvo que mientras la televisión atrofia la capacidad de abstracción y entendimiento, la literatura nos hace pensar, cuestionar, saber argumentar y discutir, ampliar nuestro vocabulario.
Hay rasgos de personalidad que empatan muy bien en las parejas y que generan vínculos saludables y hay estructuras que se conjugan desde lo patológico y generan vínculos enfermos