viernes, julio 26, 2024

¡BASTA YA!

Hugo Rodríguez Barroso.

 

Hace un par de días se publicó un desplegado por varios medios de comunicación para denunciar los crímenes que han padecido los periodistas en los últimos años y que se han venido acentuando recientemente. Manifiestan que “… en México la impunidad, la corrupción y, en especial, el crimen organizado han puesto en riesgo una labor fundamental para la sociedad”.

Todos los crímenes y asesinatos infringidos en contra de la sociedad mexicana debiesen ser investigados sin excepción para llevar ante la justicia a sus responsables. Así el de cualquier ciudadano, como el de cualquier periodista o activista social. En el caso de los periodistas, en efecto, su labor se ha convertido en una profesión de alto riesgo, puesto que, ante la necesidad de cubrir un acontecimiento o hecho social determinado, para generar una nota, pueden poner en riesgo su integridad física o hasta la vida. Solo por escribir, hablar o pronunciarse. Esto es lamentable que suceda en nuestro país, cuando los gobernantes, todos, y de cualquier partido político, nos han asegurado hasta el cansancio, que vivimos en un Estado de Derecho: que no existe ingobernabilidad.

Tal falsedad se exhibe a nivel municipal, estatal y federal. Y de la irresponsabilidad evidente resultan los tres Poderes de la Unión. Es una vergüenza observar y constatar que, amén de la falta de Estado de Derecho, exista pasividad y falta de oficio en la investigación de los delitos y en la impartición de justicia. No siendo suficiente, incompetencia en la forma como llevan los “debidos procesos”.

La muerte de cualquier ciudadano o periodista nos afecta a todos como sociedad. Al igual que la de los activistas sociales. Ello nos debe obligar, no a la reflexión, porque ya hemos reflexionado demasiado, sino a la acción. A la acción en cada una de nuestras esferas de desempeño, funciones, capacidades y sobre todo en nuestra ética.

Los ciudadanos debemos ser solidarios; los medios abrirse a la ciudadanía. Es la única opción para luchar contra este flagelo social. Este es el momento para que medios y periodistas, y ciudadanos en general, pongamos un alto al engaño de gobernantes y de políticos irresponsables, de todos los partidos políticos, que han usado a la prensa al buscar sin reparos el control de la opinión pública, mediante pagos vía publicidad o cualquier otra forma, con el objetivo de mantenerse en el poder: para engañar y robar, para alimentar la simulación en vez de generar buenos gobiernos. La violencia no nos llevará a ninguna oportunidad de progreso, como tampoco lo hará el hecho de seguir favoreciendo a esos gobernantes irresponsables y a sus partidos políticos con tan alta difusión de eventos estériles e imagen.

Y pongo un ejemplo – no de la cobertura de las campañas del Estado de México en la que una candidata “independiente” no ha recibido una difusión equitativa en comparación con la del resto de los candidatos (independientemente de que pudiese estar jugando a favor del partido en el gobierno), sino este otro que ahora comento. En la Ciudad de México el número de homicidios ha llegado al nivel más alto en los últimos 20 años, como lo expusimos y documentamos en nuestro artículo del 18 de abril pasado, empero, es inaudito el observar el nivel de cobertura que se le da al Sr. Mancera y a los miembros de su muy mediocre gabinete. ¿Estoy equivocado si pregunto, por qué no castigar a los gobernantes en la cobertura que se les brinda? O en el supuesto de que esté equivocado, ¿no será apropiado cuando menos dar la misma cobertura a ciudadanos que enarbolan causas sociales? ¿Incluso a candidatos independientes? ¿Qué no ayuda esto a la sociedad y a nuestro país?

Perdonen la necedad, pero en virtud de que nos decimos modernos y patriotas, todos, vuelvo a preguntar, ¿qué acaso no se debería castigar de alguna manera efectiva, a aquellos gobernantes y políticos que por acción u omisión, por responsabilidad directa o negligencia, han ocasionado o influido en que los crímenes contra los periodistas sigan en aumento, a reserva de que algún día llegue la justicia?

Les comparto algo que me pareció incomprensible. Conversando hace unos meses con un buen periodista, en una cafetería de una librería de la Colonia Condesa, de pronto apareció un personaje no nacido en México, que es el editor de un medio impreso, de un medio chico – de hecho su periódico lo regalan en el gimnasio al que acudo – y de inmediato el buen periodista se levantó y lo saludo de mano. Luego me presentó y también lo saludé de mano y le dije que era un gusto conocerlo. El buen periodista le dijo que su servidor estaba trabajando para ser candidato independiente a la Ciudad de México y en mi turno breve le dije que luchábamos en contra de la inseguridad, la corrupción y la falta de oportunidades. En seguida me interrumpió y me dijo: “Nosotros tenemos una buena relación económica con Mancera”. Se dio la vuelta y se fue. El buen periodista con quien conversaba se quedó más sorprendido que yo.

Y claro cada quien tiene derecho de trabar una relación de negocios con quien más lo desee, y que no todos los medios actúan así, que de hecho, son muchísimos los periodistas que no permiten que cosas como esas sucedan, pero vuelvo a preguntar por tercera vez si ustedes me lo dispensan: ¿qué acaso no se debería castigar de alguna manera efectiva, a aquellos gobernantes y políticos que por acción u omisión, por responsabilidad directa o negligencia, han ocasionado o influido en que los crímenes contra los periodistas sigan en aumento, a reserva de que algún día llegue la justicia?

 

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