viernes, abril 19, 2024

AS EMPRESARIAL: La Responsabilidad Social

A pesar de las evidencia del cambio climático,

seguimos produciendo desmedidamente basura

Bertha Eugenia Sotres Mora

No nos es extraño que diariamente se publiquen notas informativos sobre inundaciones, granizadas, incendios y alertas de hoy no salgan a hacer ejercicio al aire libro… ¡hay contaminación!

Vivimos con el dilema de cómo enfrentaremos el clima del día y cómo eso impactará nuestras actividades cotidianas y dinámica de movimiento de un lugar a otro.

En todo este fenómeno del cambio climático, ha tenido mucho que ver algo que los seres humanos hemos propiciado con la generación despiadada de basura.

Si bien el desarrollo industrial ha propiciado la producción de muchas cosas que han venido a facilitar la distribución y conservación de un sinnúmero de productos, sobre todo de alimentos, también ha dado lugar a la generación desorbitada de basura, sino váyamos directamente a los datos duros de lo que es la basura.

Diariamente, sacamos de nuestras casa una cantidad considerable de desechos entre los que se incluyen recipientes vacíos de tetrapak, latas, pet, plásticos y sobras orgánicas de alimentos, sin contar todo aquello que empezamos a desechar porque ya no sirve o ya es obsoleto y que va desde un reloj, un radio, un celular, unos zapatos o ropa y hasta una estufa y un refrigerador.

Tan sólo en 2017, de acuerdo con datos de la Agencia de Gestión Urbana de la Ciudad de México, la basura ya se traducía en una generación diaria de 13 mil 500 toneladas de basura, de las cuales más de la mitad de los llamados residuos sólidos se distribuían en los cuatro rellenos sanitarios localizados en el Estado de México mientras que el resto era procesado.

Con la nueva administración, este año la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) ha anunciado una nueva estrategia para el manejo de la basura a nivel nacional que contempla la desaparición de todos los basureros y rellenos sanitarios del país, para su transformación en “bancos de materiales”, “bancos de alimentos”, “plantas de composta” y plantas para “generación de energía”, a partir de inversiones privadas.

En un documento denominado “Visión Nacional Cero Residuos”, publicado por la Semarnat el pasado 1 de febrero, México genera en la actualidad 44 millones de toneladas de basura al año, que en una década pasarán a 65 millones, lo que vuelve necesario, se señaló, modificar el modelo “lineal” en el manejo de los desechos, en el que la basura va del bote al tiradero, y migrar hacia un modelo de “economía circular”, en el que todos los desperdicios sean reaprovechados de alguna manera, y no simplemente enterrados o acumulados a cielo abierto.

¿Qué es lo que se requiere?

Sin duda inversiones para la adquisición de tecnología especializada como pueden ser “biodigestores, quemadores de biomasa y de otros residuos, así como de recuperación de gases de metano”.

Urgente la adopción del desarrollo de una economía circular, propuesta que en su momento hicera Richard Fuller y que consiste –según la revista de divulgación de la ciencia de la UNAM– en minimizar los desechos y aprovechar las materias primas recuperadas o recicladas, aunado al aprovechamiento de fuentes de energía renovables.

La economía circular plantea que al llegar la etapa de uso de un producto, sus componentes sean reciclables para formar parte de un nuevo ciclo de producción, también denominado “ciclo virtuoso”.

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