Daniel Gutiérrez, Director de Consultoría de Grupo Human
CIUDAD DE MÉXICO, 15 de mayo (AlmomentoMX).– La violencia laboral hace referencia a aquellas situaciones en las que un profesionista se encuentra expuesto a abusos, ataques o amenazas que pueden poner en riesgo su integridad y seguridad.
Estas situaciones traen consecuencias negativas tanto para la persona que es víctima de violencia como para la organización; un profesionista puede sufrir daños físicos y psicológicos que afecten su bienestar, calidad de vida y productividad.
Las consecuencias de la violencia a nivel organizacional se ven reflejados en términos económicos relacionados con la rotación de personal, la disminución de la calidad en el servicio ofrecido y la pérdida de prestigio.
Para evitar que estas situaciones afecten la calidad de vida de los colaboradores y por ende la competitividad de la empresa, es necesario desarrollar políticas en contra de los actos de violencia, para ello, es importante identificar conductas de agresividad, algunos indicios son los gestos, el tono de voz elevado, o la tensión entre colaboradores.
Al implementar estas políticas, es fundamental mantener informados a los colaboradores para que conozcan las conductas que no son aceptables dentro de la empresa, qué deben hacer en caso de ser testigos o víctimas de violencia y cómo protegerse es estos casos.
Para gestionar las situaciones de violencia se recomienda lo siguiente:
- Fomentar la escucha activa. Dar la oportunidad a los colaboradores de expresar sus intereses y necesidades le permite a la empresa de ofrecer retroalimentación y diseñar un protocolo que garantice su seguridad.
- Comunicación asertiva. Es indispensable que se establezcan medios de comunicación a través de los cuales los colaboradores puedan denunciar los actos de violencia; estos canales deben asegurar la confidencialidad de la información.
- Establecer un mecanismo de acción. Diseñar un protocolo le permitirá a un profesionista saber cómo actuar en caso de sufrir violencia en el lugar del trabajo, así como las estancias a las cuales acudir.
Por otra parte, para prevenir situaciones de violencia, es clave desarrollar una cultura organizacional sólida donde los colaboradores se sientan valorados y seguros; además de disminuir los niveles de violencia en el trabajo, se refuerza el sentido de pertenencia, se trabaja la retención de personal y se incrementa la productividad de la compañía.
Los directivos necesitan atender los casos de violencia de manera oportuna para disminuir su impacto en las operaciones de la compañía; para lograrlo es importante estimular comportamientos basados en valores como la justicia, respeto, equidad y tolerancia que permitan la sana convivencia entre los colaboradores.
Por último, para prevenir situaciones de violencia es imprescindible fortalecer la normatividad existente en materia laboral con el objetivo de mejorar las condiciones de trabajo que garanticen la seguridad, bienestar e integridad de los colaboradores en ejercicio de su actividad profesional.
AM.MX/fm