Francisco Gómez Maza
La catástrofe fue advertida por un panel de expertos de la Junta de Vigilancia Mundial de la Preparación
Lo más grave: ningún gobierno, ni siquiera los de las grandes potencias, estaba preparado para afrontarla
El 18 de septiembre de 2019, la prensa mundial divulgó un informe elaborado por un panel de expertos para la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Banco Mundial (BM), que advertía: “Nos enfrentamos a la amenaza muy real de una pandemia fulminante”
El sombrío informe, encargado por ambas instituciones supranacionales a la Junta de Vigilancia Mundial de la Preparación, agregaba: “el espectro de una emergencia sanitaria mundial se vislumbra peligrosamente en el horizonte”. Y quién iba a creer que los primeros síntomas de la, posteriormente, declarada pandemia empezaría a sentirse a finales de ese mismo año.
El documento, de acuerdo con una versión de la BBC y otros medios de prensa mundiales, señalaba que el mundo se enfrentaba a un creciente brote de enfermedades infecciosas: entre 2011 y 2018, la OMS registró 1,483 brotes epidémicos en 172 países: influenza, Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS), Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS), ébola, zika, la peste, la fiebre amarilla y otros, precursores de una nueva era de brotes de alto impacto y propagación rápida, que se detectaban con mayor frecuencia y eran cada vez más difíciles de manejar.
(En 2015, el cofundador de Microsoft, Bill Gates, vaticinó el “gran riesgo de una catástrofe global: una pandemia causada por un virus altamente infeccioso, que se propagaría rápidamente por todo el mundo, y contra el cual no estaríamos listos para luchar.”)
El documento de la OMS y el BM ponía como ejemplo la pandemia mundial de influenza de 1918 (La gripe española), que enfermó a un tercio de la población mundial y mató a unos 50 millones de personas. Si en la actualidad (2019) hubiera un brote similar, podría matar a entre 50 y 80 millones de personas, y liquidaría “casi el 5% de la economía mundial”, de acuerdo con el reporte.
Esta catástrofe se vería facilitada en medio de una población que hoy es cuatro veces mayor a la de hace 100 años y que puede viajar a cualquier parte del mundo en menos de 36 horas. Si esto llega a ocurrir, decía el documento, es fácil imaginarse las consecuencias: “Una pandemia mundial de esa escala sería una catástrofe y desencadenaría caos, inestabilidad e inseguridad generalizadas”.
El documento de la OMS y el Banco predecía algo más grave aún: “El mundo no está preparado”. Cómo combatir la desnutrición oculta que afecta a millones de personas en todo el mundo. ¿De dónde surge este oscuro panorama y cómo un panel designado por la OMS llegó a esta conclusión?
El informe de la OMS y el BM fue redactado por la Junta de Vigilancia Mundial de la Preparación, panel de expertos, políticos, jefes de organismos y líderes de la Cruz Roja y la Media Luna Roja. La misión de la junta fue evaluar la capacidad del mundo para protegerse de las emergencias sanitarias, detectar los puntos débiles para atender estas emergencias y proponer estrategias de preparación.
La conclusión del panel fue que muchos de los aprendizajes y recomendaciones, que surgieron de las crisis sanitarias sufridas por el mundo, “se aplicaron de forma deficiente o no se aplicaron en absoluto.”
En el caso de la entonces supuesta, pero pronosticada pandemia, colapsarían muchos sistemas nacionales de salud, particularmente en países menos desarrollados.
Y una conclusión que ciertamente no puede ser producto de ninguna teoría conspiracionista: Apuntaba el documento que “una diseminación intencional (de los microorganismos) complicaría la respuesta al brote. Además de la necesidad de decidir cómo afrontar el patógeno, deberían entrar en juego medidas de seguridad, lo que limitaría la divulgación de información y fomentaría las divisiones sociales”.
Los autores del estudio se preguntaban: ¿Hay salida? Y de inmediato venía la respuesta: “El riesgo de propagación de infecciones crece debido a factores como la falta de acceso a servicios básicos de las comunidades de escasos recursos, el aumento de la población, el cambio climático y las migraciones.”
Para mitigar esos riesgos, el panel recomendó una serie de “medidas urgentes” que debían tomarse a nivel global. Muchas de estas estrategias tenían que ver con que los gobiernos fortalecieran sus sistemas de respuestas y estuvieran preparados para lo peor, pero de manera coordinada…
Y parece que sólo la República Popular China tuvo conciencia y preparación para confrontar la pandemia que hoy tiene en la cuerda floja a 179 países.
En el caso de México, usted, amigo lector, tiene la pelota en sus zapatos…