jueves, marzo 28, 2024

A L F A O M E G A: Leyendas Vivientes del Cine Mexicano

JORGE HERRERA VALENZUELA
Incursionar en los archivos materiales y mentales nos permite enterarnos de los detalles del actuar de las personas, de saber características de los sucesos que se registran y sin interferir en la privacidad ni en la revelación de datos clasificados como secretos. En el tema que comento sobre las artistas del cine en su llamada Época de Oro, en la no menos esplendorosa etapa del teatro, de la muy antigua de la radio y de la moderna de la televisión, se despiertan los recuerdos, salta la nostalgia y renacen días del romanticismo.
El recibir sus apreciables comentarios relacionados con las minibiografías de las estrellas que dieron a conocer internacionalmente al Cine Mexicano, es un aliciente, un estímulo, que agradezco de todo corazón y también con agrado leo las críticas. Entre los que gustaron de la primera parte de las Leyendas Vivientes del Cine Mexicano, según sus correos electrónicos, anoto a: don José Antonio Aspiros Villagómez, al taurófilo Julio César Tego, al jurista Héctor Basulto Barocio, a Carlitos Medellín, a la escritora Esther Vázquez Ramos y a mi hermanita, la catedrática universitaria Alma Rosa Herrera Valenzuela.
LA PRIMERA DESNUDISTA
Hace más de veinte años que la vi, en Toluca, en un acto oficial en el Palacio de Gobierno y lucía su belleza. Siempre elegantemente vestida, seria y muy solemne, ocupaba un lugar en primera fila. Rendía su informe la doctora Mireille Rocatti, responsable de la institución estatal de los Derechos Humanos. El gobernador era el licenciado Emilio Chuayffet Chemor. Imposible no recordar a la queretana Ana Luisa Peluffo, quien ahora disfruta la vida a sus recién cumplidos 91 años.
La historia cinematográfica registra en julio de 1955 el primer desnudo femenino en la pantalla grande. Ana Luisa mostró su escultural cuerpo en la película “La Fuerza del Deseo”, donde compartió créditos con Armando Calvo, Abel Salazar, Rosario Granados y doña Prudencia Griffel. Miguel M. Delgado fue el director de esa cinta que refiere cuando “las pasiones y el drama se desencadenan al ser imposible dominar el deseo ante una mujer bonita”.
Ana Luisa estuvo en el reparto de “Tarzán y las Sirenas”, última película de Johnny Weismueller en el papel del “hombre mono”, allá por 1948 cuando la bella artista que hizo el primer desnudo cinematográfico era una jovencita de 19 años y en 2010 dejó los sets tras filmar más de 60 películas en las que también mostró sus encantos físicos, desde luego no en todas. Protagonista de telenovelas durante 43 años.
SILVIA, ARTISTA SIN IGUAL
En 1950 se filmó, en blanco y negro, “Puerta Joven” a la que después se tituló “El Portero”. Ahí, al interpretar a la joven semiparalítica “Rosita” que vivía en una vecindad capitalina (Distrito Federal, entonces), Silvia Pinal inicia una exitosa carrera cinematográfica. Y, ¿saben quién era la estrella? Don Mario Moreno, “Cantinflas”, el portero que se enamora de “Rosita” y lucha por ella hasta que la intervienen quirúrgicamente y vuelve a caminar, pero ella se prende de Raúl (Fernando Casanova), un militar que estaba en Guadalajara y supuestamente le escribía romántica cartas, las que redactaba “Cantinflas”.
Doña Silvia nació en Guaymas, Sonora, hace 89 años. Paralela a su brillante vida artística, entró de lleno a la política. Asambleísta en el Distrito Federal, diputada federal, senadora y Primera Dama de Tlaxcala, además de lideresa en el gremio de los actores y de los intérpretes. Adoptó el apellido Pinal, de su padrastro el periodista, militar y político Luis G. Pinal, segundo esposo de su madre doña María Luis Hidalgo Aguilar. El padre biológico se llamó Moisés Pasquel, pero abandonó a la familia.
Antes del cine, al que se aficionó desde los 14 años, estudió canto y en Bellas Artes tuvo como maestros a tres grandes: Salvador Novo, Carlos Pellicer y Xavier Villaurrutia. En su juventud trabajó en unos laboratorios y su jefe le daba permiso para que fuera a grabar canciones a la XEQ. También incursionó en el teatro y tuvo el propio que ahora es un templo religioso. Con Pedro Infante actuó en la siempre inolvidable cinta “El Inocente” y con Tin Tán, “La Marca del Zorrillo”. Con Joaquín Pardavé, en el papel de hija de Nini Marshall, en “Una Gallega Baila Mambo”.
La historia es muy larga de esta madre de Silvia Pasquel, de Viridiana Alatriste, de la tormentosa Alejandra y su hermano Luis Enrique Guzmán. Abuela y bisabuela hermosa que reúne todos los elementos para que se escenifique un capítulo más de “Mujer, Casos de la Vida Real”.
LA NIÑA BAILARINA EXÓTICA
El 3 de enero de 1932 en Washington, D.C., el mexicano Elmer Sven Montes y la sueca Edna Ferrigton anunciaron el nacimiento de una hermosa niña, de ojos preciosos, a la que bautizarían con los nombres de Yolanda Ivvone. No cumplía los quince años, cuando debutó en la Ciudad de México como bailarina de tahitiano y el público varonil, del Teatro Tivolí, aplaudiría rabiosamente a Tongolele, a quien el recordado periodista Carlos “El Pelón” Estrada Lang impuso el título de “La Diosa de las Danzas Tahitianas”. El sobrenombre, de la mujer del mechón blanco en su cabellera, se compone de una palabra africana y otra tahitiana.
Tongolele además de causar sensación, joven y bella, fue conocida como “La Diosa Pantera”, impulsó la presencia de las exóticas que nos llegaron de Cuba y las de aquí mismo, como Kalantán y Su Mu Key. Don Eduardo Camacho González, joven en aquel 1946, guarda el recuerdo de haberla visto en sus bailes de movimientos felinos en el Teatro Follies Bergere, en la Ciudad de México. En ese mismo teatro dos años después filmaron la película “¡Han Matado a Tongolele!”. Giras nacionales e internacionales consagraron a esta mujer que se casó con el bongosero cubano Joaquín González y tuvieron a los gemelos Ricardo y Rubén.
La dama sigue hermosa a sus 88 años y tuve oportunidad de conversar brevemente con ella cuando fue ante el Ministerio Público a declarar como testigo de Evangelina Elizondo, por el asesinato del actor Ramón Gay. Otra vez, en el Teatro Lírico durante una ceremonia organizada por la Asociación Mexicana de Periodistas de Radio y Televisión, la AMPRYT.
MAMÁ, HIJA Y NIETA, ARTISTAS
Me emociona comentar en torno a una artista que conocí como la “ingenua chiquilla” que interpretó a Lala, en la película “Escuela de Vagabundos” y se llama Anabel Gutiérrez que el pasado 19 de septiembre festejó sus primeros 88 años. Defeña de nacimiento y madre de la actriz Amairani Romero Gutiérrez, es otra de estas leyendas vivientes del cine mexicano y de la que siempre he dicho “Anabel es mi novia, pero ella no lo sabe”.
Lo que no sabía es que Anabel heredó la vocación de artista a su hija del nombre “extraño”, Amairani, que siempre deseó trabajar al lado de una primera actriz como su mamá. Pero lo que consiguió fue estar junto con su hija Macarena García, también con aspiraciones de estrella, en una telenovela. Sus personajes, madre e hija, como en la vida real, pero el argumento las presenta como antagonistas. Así es la vida, como titulaba su cartón el dibujante Jesús Martínez, “Don Yo”, en el diario La Prensa.
En la televisión Anabel comenzó su carrera en la serie Variedades de Media Noche, aquellos programas de los comediantes como “El Loco” Valdés, Héctor Lechuga, Chucho Salinas. Trabajó mucho en el cine y en 1999 filmó su última cinta, “La Paloma de Marsella” y terminó en 2007 su larga temporada en la pantalla chica, actuando en la telenovela “Lola, érase una vez”. No me gustó nada en su papel de “Doña Espotaverderona”, mamá de “La Chimoltrufia” en la sección “Los Caquitos” de Roberto Gómez Bolaños.
LA ADORADA CRIADA, BIEN CRIADA
Cuentan que Don Emilio Azcárraga Vidaurreta le dio la primera oportunidad a la joven y superbella tapatía para que cantara en los micrófonos de la XEW y en un abrir y cerrar de ojos, el nombre de María Victoria sonó a nivel nacional e impuso un peculiar estilo para interpretar las canciones, con un pugidito sensual y unos vestidos entallados, mismos que resaltaban sus curvas y pecho.
Los teatros de revista, que ya no existen, se abarrotaban todos los días. Era un furor el que causaba María Victoria, a quien pronto la reclamó el cine. La vimos en filmes con temas estudiantiles, ella era fanática de “Los Burros Blancos” del Instituto Politécnico Nacional y protagonizó películas con Adalberto Martínez “Resortes”, con Andy Russell, con la despampanante Yolanda Varela.
Se robó al público de la televisión con sus dos series, “La Criada, bien Criada” y “Mis Huéspedes”. La primera se prolongó de 1969 hasta 1980, mientras que la segunda duró en la pantalla chica cuatro años, a partir de 1979. En teatro los éxitos también fueron muchos, como actriz. Fue esposa del querido locutor yucateco Rubén Zepeda Novelo y procrearon a Rubén y a Rodrigo. De su primer matrimonio, su hija María Esther, Teté, Gómez. “Toya Gutiérrez” como era conocida en su natal Guadalajara, se llama María Victoria Gutiérrez Cervantes y ahora vive feliz a sus 87 años.
“LA TIGRESA” Y SU AGITADA VIDA
Resulta que en el recorrido reporteril nos encontramos con la hasta ahora más joven de las 11 Leyendas Vivientes del Cine Mexicano que hemos comentado en estos espacios. Se trata de la chiapaneca Irma Serrano. Guapa singular, extravagante en su vestir y maquillarse, ruidosa en su rutinaria vida artística, nada discreta y autora de “A Calzón Amarrado”, narración autobiográfica en la que revela y presume su relación con el presidente de México, don Gustavo Díaz Ordaz, al que le llevó serenata a la residencia de Los Pinos.
“La Tigresa” llegó a la Ciudad de México, procedente de su natal Comitán de Domínguez, en sus días de quinceañera y cuentan que ella se hizo amiga del entonces Regente de la Ciudad de México, Fernando Casas Alemán. Inició su labor artística en 1962 en el Ballet de Chelo La Rué y como cantante su primera interpretación fue la composición “Canción del preso” y ese mismo año intervino en la película “Santo contra los zombíes”.
Estuvo muy activa en la política. Diputada federal y senadora, en éste cargo de elección popular la relevó el hoy gobernador de Chiapas, Rutilio Escandón Cárdenas. En el Senado de la República no se contuvo para insultar a su compañero legislador Porfirio Muñoz Ledo. Escribió que ella tiene para su uso la cama que perteneció a la Emperatriz Carlota y que se exhibía en el Museo del Castillo de Chapultepec. También figuró entre sus amores el ingeniero Alejo Peralta y después desfilaron algunos jovencitos que siempre terminaban mal con ella o ella contra ellos.
¡Ah!, porqué empecé escribiendo que Irma es la más joven de este grupo, porque el próximo 9 de diciembre cumplirá 87 años y se llama Irma Consuelo Cielo Serrano Castro; sus padres Santiago Serrano Ruiz y María Castro Domínguez, dueña de 17 haciendas.
P.D. Agradezco los correos de quienes señalaron que no me olvide que hay otras Leyendas Vivientes que también destacaron como actrices-cantantes y ellas son: las hermanitas Flor Silvestre y La Prieta Linda, así como Lucha Villa y Lucha Moreno y el quinteto lo cierra la merítense Irma Dorantes. De ellas habré de comentar la semana próxima. Se enterarán de cuáles son sus verdaderos nombres. Anticipó mi agradecimiento al licenciado don Enrique Alamo Rodea, por su colaboración.
jherrerav@live.com.mx

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