Adrián García Aguirre / San Miguel Chimalapas, Oaxaca
* Todos los caminos llevan a la selva de Oaxaca.
* Es la entidad con mayor biodiversidad de México.
* Territorio para documentar la depredación que se pretende.
* Tierra de un animal deificado por los antiguos mesoamericanos,
* Es necesario defender al jaguar de la región istmeña.
Hace pocos años se consolidaría el primer acercamiento con las autoridades comunitarias de la región de los Chimalapas, para solicitar permiso de acceso e investigación formal en esa región del oriente de Oaxaca.
Había que estudiar a Balam, al “Señor de los animales” (Jaguar, Panthera onca) y a los vertebrados terrestres asociados que encuentran refugio y protección bajo el denominado “efecto paraguas” de esa especie.
Esta es considerada la más importante desde el punto de vista social y cultural en todo Mesoamérica, y la misión no sería nada sencilla: esta región posee sin duda alguna una enorme carga simbólica.
De especial mención en este primer momento será el papel de actores internos y externos con fuertes intereses caciquiles y cuyo papel es el de la desarticulación social para así poder introducir, entre muchos otros males, un modelo de “conservación” de la biodiversidad.
Para la Comisión de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) no es más que un instrumento legal de despojo territorial, con personajes que harían hasta lo imposible por denostar, descalificar y boicotear los modestos esfuerzos de monitoreo de la biodiversidad en la zona.
El equipo de trabajo pasaría por una serie de penurias, como el robo de cámaras trampa o de un vehículo motorizado, pues desde el primer día en Santa María Chimalapa, el director regional amedrentaría argumentando que no lograríamos entrar al territorio chima si no era a través de él.
Entonces argumentó que antes de que siguiéramos con nuestro objetivo de entrevistarnos con el presidente del Comisariado de Bienes Comunales de Santa María Chimalapa, tendríamos que sentarnos a negociar en su oficina en Juchitán.
No pasaría ni un par de días, y cuando ya estábamos haciendo trato para la renta de mulas y guías para así ingresar al territorio comunal de los Chimalapas, boicoteamos así a este personaje que se siente, sin motivo alguno (sin obras), con autoridad para decidir quién entra y quién no a esta zona.
Aquí la decisión no es de la Conamp, es de las Autoridades Comunitarias y en su defecto de la Asamblea de Comuneros”, y así fue.
Dejamos claro que, en los Chimalapas, instituciones federales como la Conamp no tienen ninguna autoridad o decisión sobre el territorio y sus bienes naturales comunes.
Gracias a nuestros experimentados guías, conoceríamos un paraje visitado y descrito por Thomas MacDougall (“Don Tomás”), conocido como “La Gloria”.
El lugar, rebosante de vida silvestre, sirve como sitio de descanso para los osados cazadores que hacen uso de su permiso, por acuerdo de asamblea, de carne de monte.
Las cámaras trampa revelarían un abundante y saludable población de tapir (Tapirus bairdi) y jaguar, especies bandera desde la óptica de la conservación de la biodiversidad.
Atestiguamos la presencia del mono araña (Ateles geoffroyi) y el hocofaisán (Crax rubra) en números sorprendentes y con una conducta relativamente dócil ante la presencia humana.
En 2018 se publicó un artículo de divulgación intitulado “Chimalapas: exploring the most biodiverse tropical forest of Mesoamerica”, razón por la cual se dio la comunicación con Miguel Ángel García Aguirre, coordinador regional del Comité Nacional por la Preservación y Defensa de los Chimalapas