Pablo Cabañas Díaz.
El pensamiento neo porfirista se gesta en las décadas de 1920 y 1930 fue estructurado por Luís Montes de Oca y Miguel Palacios Macedo. El talento intelectual de estos dos últimos personajes se articuló con el pensamiento de dos empresarios: Raúl Baillères y Aníbal De Iturbide. El neo porfirismo nace como una respuesta a la llegada en diciembre de 1934, del General Lázaro Cárdenas como Presidente de la República. En ese gobierno se emprendió una serie de reformas dirigidas a resolver los rezagos sociales y a impulsar el crecimiento y el desarrollo económico de México. En este proyecto, el Estado tenía el papel central como promotor del desarrollo. Este acontecimiento es un parteaguas en el pensamiento económico mexicano porque rompe con la política económica de tipo liberal que se había estado aplicando en el país después de la Revolución Mexicana de 1910, aun en coyunturas como la crisis de 1929.
La política económica cardenista de crecimiento con distribución no fue bien vista por los neo porfiristas, ya que el Estado tenía un papel muy activo en la economía en su búsqueda de un desarrollo económico autónomo y nacionalista, todo ello implicó: el impulso de la reforma agraria (un amplio reparto de la tierra) y con ello la redistribución de la riqueza en el país; el apoyo a los intereses de los trabajadores a través de la formación de sindicatos y el respeto del derecho de huelga. Estimuló la actividad económica mediante un extenso programa de inversiones públicas que impulsó la construcción de grandes obras de infraestructura. En esa dirección, se formó un grupo de instituciones públicas que dirigieran y orientaran la economía, entre las que se encuentran Nacional Financiera y el Banco de Crédito Ejidal.
Lázaro Cárdenas desde su campaña, adoptó la planificación económica, a través del Primer Plan Sexenal, inspirada en la Planeación Soviética. El presidente creó instituciones y el cuerpo jurídico para sustentar su política económica: En 1935 surgió el departamento de Caza y Pesca, el Forestal, y el de Asuntos Indígenas. En 1936, los Almacenes Nacionales de Depósito. En 1937 se crearon el Banco Nacional de Comercio Exterior, El Banco Nacional Obrero de Fomento Industrial y se promulgó la Nueva Ley de Seguros. En 1939, la Comisión Nacional de Habitación, entre otras.
Esta perspectiva, con diversos matices, dominó y permeó la política económica del país durante gran parte del siglo XX mexicano hasta principios de la década de los ochenta. Esta política afectó intereses económicos y dio pie a la construcción de un proyecto alternativo al cardenismo, que representó la recomposición de la corriente liberal que había dominado en el país desde fines del siglo XIX hasta principios de los treinta del siglo XX. Durante todo este tiempo que el pensamiento desarrollista se formó y evolucionó, el pensamiento conservador construyó sus planteamientos a la par que formó sus instituciones en el país, aspecto que le permitió tomar el poder en la década de los ochenta del siglo pasado.