CIUDAD DE MÈXICO.- Ante crisis de una escalada tan inasumible como lo que está sucediendo entre Israel y los territorio palestinos, lo más aconsejable apunta a ser contenerse los juicios rápidos para informarse sobre el asunto y hacer acopio de la documentación histórica. No es que de este modo vayamos a digerir más fácilmente el conflicto (a cuyo desarrollo hay que sumar ahora mismo el lanzamiento de un misil a un hospital de Gaza con hasta 500 víctimas palestinas), pero al menos nos libraremos de la premura por opinar a la que nos abocan las redes sociales, los titulares tendenciosos y las poco afortunadas declaraciones de ciertos políticos.
De acuerdo con el portal CINEMANÍA, en este escenario viene a ser mejor leer y escuchar que ponerse a ver películas, pero la ficción acostumbra a ser a veces un buen punto de partida. El cine en particular (y, a menudo, alejado de Hollywood) puede lanzar claves para asomarnos a situaciones importantes, cuya complejidad pueda superarnos desde otro punto de vista. Y un conflicto tan arraigado como el que mantiene el estado de Israel con la franja de Gaza y Cisjordania (que se remonta a la constitución del estado en sí, a finales de los 40) ha sido evidentemente retratado por varias películas, de compromiso y realismo variable. Aquí tienes una pequeña selección.
Un año después de Anatomía de un asesinato, el cineasta de origen judío Otto Preminger (nacido en Wiznitz, lo que hoy sería Ucrania) quiso cubrir con una gran superproducción encabezada por Paul Newman y Eva Marie Saint los turbulentos inicios del estado israelí. Cuando aún estaba fresca la guerra del Sinaí según la cual Israel extendió los límites de su territorio, Preminger se remontó con vocación épica al inicio de todo, cuando varios judíos supervivientes del Holocausto viajaron en el barco Estrella de David en dirección a la Palestina bajo control británico.
Éxodo está disponible en el catálogo de Filmin.
El griego Costa-Gavras fue menos complaciente que Preminger al acercarse a las circunstancias de Israel. Su inquisitivo punto de vista, que en 1969 le había llevado a ganar el Oscar a Mejor película no inglesa por Z, estudió en profundidad la relación entre israelíes y palestinos pocos años después de la primera Intifada y la fundación de Hamás, cuando aún era prácticamente un anatema en Hollywood hablar críticamente de Israel. Así pasó que Hanna K. fue atacada por organizaciones israelíes que le acusaron de antisemita, y condujeron al fracaso en taquilla.
Las airadas críticas habían obligado a que Universal retirara anuncios de la prensa, y a que el propio Costa-Gavras pagara de su bolsillo 50.000 dólares por un anuncio en el New York Times. ¿Era para tanto? El público (el poco que la vio en su día) hubo de juzgarlo: la película se centraba en Hanna Kaufman (Jill Clayburgh), una abogada israelí hija de supervivientes del Holocausto que debía defender a un palestino acusado de terrorismo. Durante el proceso, Kaufman llegaba a cuestionarse el daño que la ocupación de Israel había provocado a la población palestina, y la espiral de violencia que ya se venía arrastrando varias décadas.
Intervención divina (Elia Suleiman, 2002)
A rebufo de los intentos de Yasser Arafat y la Autoridad Nacional Palestina para resolver el conflicto por la vía del pacifismo, Elia Suleiman (nacido en Nazaret) quiso abordarlo desde el humor surrealista, con un contrapunto luminoso. Suleiman se inspiró en Buster Keaton y Jacques Tati para dirigir Intervención divina entrado el siglo XXI, protagonizando él mismo una comedia que triunfó en el Festival de Cannes con el premio del Jurado, y encaró la carrera a los Oscar.
Su argumento: un palestino de Jerusalén que se enamora de una palestina que vive en Ramallah, capital de facto de Palestina, situada en Cisjordania. Su romance era empleado por Suleiman para criticar subrepticiamente las dificultades de la población civil, y pese a lo bondadoso del enfoque no se libró de la controversia: la Academia de Hollywood se negó a nominarla al Oscar a Mejor película extranjera porque la distribuidora quería (lógicamente) atribuir la producción a Palestina, pero no la consideraban un “país reconocido” oficialmente.
Paradise Now (Hany Abu-Assad, 2005)
Lo de Intervención divina en los Oscar fue muy criticado, y tres años después la situación se resolvió de forma que Paradise Now sí pudiera ser nominada. Fue entonces la primera película palestina nominada al Oscar gracias a las quejas de su director Hany Abu-Assad, que tras una recogida de firmas se las apañó para que Paradise Now llegara a los premios en representación de “la Autoridad Palestina”. Por supuesto, lo hizo enfrentándose a una agria campaña por parte de Israel.
El argumento ya estaba llamado a levantar ampollas. Paradise Now (que también ganó el Globo de Oro) se centraba en dos amigos palestinos que crecían en un campo de refugiados de Cisjordania, y eran reclutados para un atentado terrorista suicida en Tel Aviv. Estos amigos, interpretados por Kais Nashif y Ali Suliman, empezaban a desarrollar un mutuo interés romántico, de modo que Paradise Now terminaba retratando la tragedia de su misión desde los momentos de convivencia y espera fatalista.
Munich (Steven Spielberg, 2005)
Un año antes de que Hamás se hiciera con el gobierno de la franja de Gaza, Steven Spielberg dirigió la película más conocida entre el gran público sobre la convulsa relación de palestinos e israelíes. Luego de haber triunfado en todo el mundo con La lista de Schindler y su doloroso retrato del Holocausto, Spielberg (de ascendencia judía) fue irónicamente tachado de antisemita por la aproximación de cierta complejidad que había realizado al estado de Israel en Munich. Bien puede ser una de sus películas más controvertidas, y también una de las mejores.
Munich tenía en su reparto a Eric Bana, Daniel Craig o a Lynn Cohen como Golda Meir, primera ministra de Israel. Se basó en la Operación Cólera de Dios que el Mossad, servicio secreto israelí, desarolló como represalia contra el atentado que había cometido Septiembre Negro en los Juegos Olímpicos de 1972: once miembros del equipo israelí tomados como rehenes y asesinados. Durante el transcurso de esta misión de venganza, Munich retrataba los remordimientos y la inhumanidad a la que eran abocados los agentes del Mossad.
Munich está disponible en el catálogo de SkyShowtime y Movistar+. En torno al mismo suceso histórico también tienes 21 horas en Munich, de William A. Graham, en Filmin.
Los limoneros (Eran Riklis, 2008)
Puede que el rostro de Hiam Abbass te recuerde de Succession, donde encarnó a la calculadora Marcia: una de las parejas de Logan Roy (Brian Cox), y la que más quebraderos le daba tanto a él como al resto de su familia. Antes del aclamado drama de HBO, sin embargo, esta actriz de origen palestino se dio a conocer internacionalmente por una película no menos aclamada que ganó el premio del Público en el Festival de Berlín, conmoviendo a la crítica con su alegato humanista.
El argumento de Los limoneros era sencillo. Salma (Abbass) es una viuda palestina que tiene una casa en la frontera palestino-israelí, en cuyos terrenos cultiva limoneros. Los árboles han ido expandiéndose hasta entrar en terreno israelí, y en particular en las lindes del hogar del ministro de Defensa. Esto desencadenará un conflicto diplomático cuando el gobierno considere que los limoneros son una amenaza para el ministro y deben ser talados. La resistencia de Salma a ello, marcada por la comedia agridulce, vertebra la trama de este film de Eran Riklis.
Los limoneros está disponible en el catálogo de Filmin.
El atentado (Ziad Doueir, 2012)
Ziad Doueir trabajó durante un tiempo en EE.UU., ejerciendo nada menos que de asistente de cámara en Pulp Fiction, Abierto hasta el amanecer o Jackie Brown. Fue, en efecto, un hombre de confianza de Quentin Tarantino, que según abandonó el país que le había acogido y volvió a su tierra natal empezó a poner en pie un drama de alto voltaje, destinado a sacudir conciencias. El atentado tuvo mención especial en San Sebastián, y allanó el camino para que un lustro después Doueir rascara nominación al Oscar a Mejor película extranjera por El insulto.
El atentado partía de una llamativa premisa: un cirujano árabe de Tel Aviv era sorprendido por un atentado donde morían 17 personas, quince de ellas niños. Descubría entonces que su mujer formaba parte del grupo de terroristas y había muerto igualmente en el atentado, de forma que decidía viajar a Cisjordania, a la ciudad de Nablus, para intentar entender cómo ella había llegado a radicalizarse hasta este punto. La historia enfrentaba ambas perspectivas, sin dar con una respuesta satisfactoria.
El atentado está disponible en Filmin, Prime Video y A Contra+.
Inch’ Allah (Anaïs Barbeau-Lavalette, 2012)
El mismo año de El atentado hubo otra producción que quiso acercarse al conflicto. En este caso, Inch’Allah era una producción canadiense que dirigía y escribía Anaïs Barbeau-Lavalette, y que llegaba a hacerse un hueco en el Festival de Berlín con dos premios. Su protagonista, interpretada por Evelyne Brochu, era una joven enfermera de campo que se trasladaba de Canadá a un campo de refugiados palestinos en Cisjordania, dispuesta a ayudar a mujeres embarazadas. En su día a día se veía obligada a lidiar con las injerencias del ejército israelí.
Inch’Allah está disponible en Filmin.
The Tower (Mats Grorud, 2018)
La animación no se ha mantenido ajena a las largas décadas de luchas y muertes que lleva durando el conflicto Israel-Palestina. Alguien como Ari Folman (El congreso) despuntó de hecho con la célebre Vals con Bashir en 2008, planteando un original documental animado que se ambientaba en la guerra del Líbano de los años 80. Diez años después, y poniendo el foco en la población palestina, Mats Grorud dirigía The Tower. El film se proyectó en el Festival de Annecy y cosechó numerosos halagos.
La narración de The Tower, de producción francesa, se plegaba a la perspectiva de una niña palestina de 11 años llamada Wardi que había nacido y vivía en un campo de refugiados. Su vida daba un vuelco cuando su bisabuelo le daba la llave de su antigua casa en Galilea, al norte de Israel, y Wardi debía plantearse si su pariente había perdido las ganas de luchar o si debía reemprender ella misma la lucha.
The Tower está disponible en Filmin.
Gaza mon amour (Mohammed y Ahmad Abou Nasser, 2020)
En 1959 Alain Resnais, con guion de Marguerite Duras, estrenaba Hiroshima, mon amour. Entonces indagaba en la posibilidad de que la poesía y el amor resurgieran en la ciudad arrasada por la bomba atómica, combatiendo las inclemencias de la historia con el potencial lírico del cine que entonces andaba descubriendo la Nouvelle Vague. Los hermanos Mohammed y Ahmad Abou Nasser, medio siglo después, decidieron homenajearla llevando ese planteamiento a la franja de Gaza.
El resultado se articula como una comedia romántica minimalista. La lideran un pescador y una mujer, estando sus progresos marcados por una sociedad donde impera el fundamentalismo islámico, y por si fuera poco la amenaza de los bombardeos israelíes es constante. Gaza, mon amour, que cosechó aplausos en el Festival de Toronto y en nuestra Seminci, vuelve a contar con un papel protagónico para Hiam Abbass, una vez ya se había dado a conocer por Los limoneros y Succession.
Gaza, mon amour está disponible en Filmin y Amazon Prime Video.
AM.MX/fm