Pablo Cabañas Díaz
“Hija de revolucionarios”, es un libro publicado por Laurence Debray. Nacida en París en 1976 y criada entre España y Francia, la escritora, periodista e historiadora Debray es hija del filósofo y escritor francés Régis Debray y de la antropóloga y etnógrafa venezolana Elizabeth Burgos. Sus padres provenían de familias acomodadas y ambos se sumaron a la causa revolucionaria de Fidel Castro y de Ernesto “Che” Guevara. Régis Debray se unió a la guerrilla del Che en 1967 como enlace en Bolivia y fue capturado. Cuando cayó el líder meses después, el intelectual parisino fue acusado de traición y condenado a treinta años de cárcel, de los que cumplió sólo cuatro gracias a Elizabeth Burgos, a su madre Janine Alexandre-Debray y a la diplomacia francesa. Cuando François Mitterrand llegó al poder, él fue asesor del presidente y Burgos se desempeñó como directora de la Maison de l’ Amérique latine. La hija cuenta: “en casa, el único conflicto verdadero entre nosotros era el político”.
En este libro la autora narra que creía que “era el momento de hacer un balance de lo que sus padres le transmitieron y lo que no”. El texto nació cuando, presentando en España : “Mi rey caído”, un periodista le preguntó si era “la hija del que delató al Che Guevara”. “¿De dónde ha sacado esa información?”, respondió Laurence. “De Wikipedia”, tartamudeó el reportero. Alarmada Laurence se preguntó si era en realidad la hija de un delator y, a su regreso a París, interrogó a su padre: “¿Podrías ser claro de una vez por todas sobre aquel asunto”? De las respuestas que obtuvo, y de la investigación familiar que inició, emergió esta autobiografía.
“¿Y si fuera la hija de un delator? ¿Y si hubiera vivido hasta ahora en la impostura? Una sensación de malestar se apoderó de mí. Y de repugnancia ante tanta cobardía y ambivalencia. Mientras los adolescentes y los adolescentes eternos, enarbolen camisetas con el retrato de Ernesto Guevara por todo el mundo, el asunto seguirá siendo embarazoso… ¿Qué les contaré a mis hijos cuando llegue la edad de la rebelión y la admiración por los revolucionarios?”.
En su obra, cuenta la anécdota de cuando tenía 10 años y Régis Debray, en esa época trabajaba junto a François Mitterrand, le anunció que era el momento de elegir una posición política y para ello la envió un mes a Cuba y otro a Estados Unidos, así al volver tendría claridad de qué elegir, si el comunismo o el capitalismo. Al volver “le dije a mi padre que entre Cuba y Estados Unidos yo optaba por la vieja Europa, bastante moderada y confortable”.
En su viaje a Cuba describe el episodio con el chileno Max Marambio, supuesto amigo de sus padres que desapareció con su dinero: “Al llegar a Cuba el amigo de mis padres desapareció con mis dólares. Desde entonces se ha hecho millonario, cómodamente instalado en Chile, tras realizar un negocio lucrativo en Cuba.“Los ideales no me hacen soñar: soy pragmática, realista y me baso en los hechos”, dice de sí misma. Tomando distancia absoluta del compromiso político de izquierda de sus padres, Laurence nunca los comprendió y a diferencia de ellos estudió economía y finanzas, trabajó en Wall Street, formó una familia y es admiradora de Juan Carlos I. Los Debray en el libro acaban retratados como una familia contradictoria, unida y dividida por acercamientos disonantes a la política y la ideología, la literatura y la historia.