Jorge Meléndez Preciado
El 4 de marzo el PRI cumplió noventa años de estar inmerso en la vida política de nuestro país con varias denominaciones pero un solo objetivo: sujetar a su capricho a la nación y someterlo para sus fines económicos, políticos y culturales. Algo que logró hacer con mucha eficacia hasta que, de sus filas, vino el desprendimiento de la corriente democrática encabezada por Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez y otros (1988).
De entonces para acá, el llamado partidazo ha indo perdiendo eficacia, máxime que en aquel año, Carlos Salinas de Gortari dio un golpe de timón muy audaz pero que trajo resultados contrarios a sus metas: en lugar de insertarnos en la modernidad y la globalización, los ciudadanos fueron restándole apoyo a quienes se erigieron junto con la nueva clase empresarial en los amos y señores del país. Actualmente un grupo reducido de mexicanos, el uno por ciento, maneja el 50 por ciento del PIB, no por su audacia para los negocios sino por el saqueo incontrolado del patrimonio, lo cual permitió que un nuevo partido con poca implantación, Morena, lograra el 53 por ciento de los votos en las elecciones pasadas, ganará la mayoría legislativa y fuera creciendo hasta tener hoy una aceptación de casi el 80 por ciento de los mexicanos, incluyendo a mujeres y hombres de mediana edad que habían votado, casi siempre, por el tricolor.
EL PRI actualmente es la tercera fuerza nacional con todavía 12 gobernadores, pero sin la influencia ni siquiera cuando fue oposición al PAN, con el que cogobernó. Hoy la mayoría de sus mandatarios son sumisos al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, incluido uno de ellos que está en la lista para contender por la presidencia del nonagenario instituto, Alejandro Moreno, mejor conocido como Alito, quien hace unos meses se mostraba muy echado para adelante contra Morena y ahora está de plácemes con AMLO.
Hasta el momento, aparte del mencionado campechano, quieren entrar en la contienda el desprestigiado ex gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz. La yucateca, Ivonne Ortega. Miguel Ángel Osorio Chong, ex secretario de Gobernación. Y quien fuera rector de la UNAM y viejo cuadro priista, José Narro Robles. La quinteta es realmente muy pobre en contenidos, apoyos y esperanzas. Y la batalla está a todo lo que da, con golpes bajos, zancadillas y arrebatos diarios. Y no es como señala la hoy encabezadora del antiguo instituto que era famoso por sus carros completos, la salinista, Claudia Ruiz Massieu, un prodigio de unidad, disciplina y buenas maneras.
Para el analista Carlos Puig (Milenio, 5 de marzo), al hacer un estudio de las propuestas del quinteto en varios medios no se encuentra ni planes importantes ni proyectos serios. La constante es querer expulsar a Enrique Peña Nieto, quien en su gobierno llevó al máximo la corrupción en nuestro saqueado territorio. Algo que fue tan claro al eliminar de fea manera del seno tricolor a los ex gobernadores Javier Duarte, Roberto Borge y César Duarte. Hecho insólito en muchos años.
EL PRI quiere hacer una elección abierta y controlada por el INE, para lo que necesita 250 millones de pesos, lo que hará indispensable volver a hipotecar su edificio central, ya que no cuentan con los recursos necesarios para ello. Y en varios estados de la República, aparte de ver disminuido su padrón, tienen deudas mayúsculas: Colima, Aguascalientes, Oaxaca, Baja California y Sinaloa, entre otros.
Ulises Ruiz, que depredó Oaxaca y es dueño de hospitales millonarios en la Ciudad de México, ha señalado que entre 6 y 8 millones de militantes de su agrupación no votaron por José Antonio Meade y lo hicieron por López Obrador. Y para darnos cuenta que está aseveración tiene sentido y cómo se ahonda la crisis del partido antes oficial, supimos que Meade se fue de consultor del banco HSBC ganando más de 150 mil dólares anuales. Ese organismo financiero, no se olvide, ha sido muchas veces acusado de lavado de dinero en Estados Unidos y multado con millones de dólares por operaciones ilícitas.
El señor Narro explicó en un artículo que será siempre Puma. Pero ahora va a tratar de sacar del marasmo a su partido. Muestra clara que incluso las instituciones de educación superior fueron manejadas por el priismo sin recato y trataron de influir en la ideología de las nuevas generaciones, algo que les falló terriblemente porque el neoliberalismo que adoptó el priismo está tan desacreditados que en Estados Unidos, Bernie Sanders, atrae más a los muchachos que los viejos políticos de esa ideología .
El próximo 10 de marzo se cumplirán, por cierto, los 100 días que inicio el sexenio de Andrés Manuel. Si bien su popularidad anda en el 80 por ciento tiene graves dificultades, desde las agencias internacionales que han rebajado la calificación de México, los conflictos con las estancias infantiles y los refugios para mujeres. Además, supimos, existe una lentitud para iniciar los programas fundamentales de la administración: el apoyo a adultos mayores, jóvenes y discapacitados, amén que en el sector salud hay retrasos graves. Contradicciones del presente.
Dos acontecimientos en este marzo convulso.
@jamelendez44