miércoles, abril 24, 2024

DEL ABSURDO COTIDIANO: 2 de octubre no se olvida. Aparece el Batallón Olimpia

Francisco Medina

Tras la ocupación del Ejército de las instalaciones del Politécnico en el Casco de Santo Tomás, después de una lucha de varias horas con los estudiantes, el miércoles 25 de septiembre, la Junta de Gobierno de la UNAM decide no aceptar la renuncia del ingeniero Javier Barros Sierra. Estudiantes, maestros e investigadores le insistieron que era necesaria su presencia al frente de la UNAM.

El jueves 26, Javier Barros Sierra, en una carta dirigida a la junta de gobierno, manifiesta la decisión de no abandonar sus funciones, ante el unánime apoyo que recibió de la comunidad universitaria. El Consejo Nacional de Huelga le manifiesta su apoyo.

Se realiza un mitin de protesta en la Plaza de las Tres Culturas, donde se reitera que el rector merece el respaldo estudiantil por su actuación, si bien no representa al movimiento, el cual por otra parte no necesita intermediarios.

La operación del Batallón Olimpia en el Movimiento Estudiantil —antes de la matanza del 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco—, quedó registrada en la edición del 27 de septiembre de 1968 de Excélsior.

Elementos del Batallón Olimpia fueron quienes encontraron en las instalaciones de la Escuela de Ciencias Biológicas del Politécnico el cadáver de un joven. Tres días atrás, el 23 de septiembre, las instalaciones del Casco de Santo Tomás fueron ocupadas por el Ejército; en ese operativo se reportaron dos muertos, un policía y un estudiante.

En la misma edición del diario se informó que 53 de las 54 personas arrestadas cuando el Ejército había ocupado las instalaciones de Ciudad Universitaria, el 18 de septiembre anterior, había recibido auto de formal prisión. Solamente Jorge Tamayo López Portillo había quedado en libertad por falta de méritos y María Magdalena Varona fue enviada al Tribunal de Menores.

En ese proceso judicial quedaron formalmente presos, por diversos delitos, entre otros, Eli de Gortari, Manuel Marcué Pardiñas, la pintora guatemalteca Rina Lazo de García, Renán Enrique Cárdenas Marín, Adela Salazar Carbajal, Jaime Waise Stalier, Armando Castillejos Ortiz, Carlos Sevilla González, Francisco Valero Recio, Consuelo Espejel Guerrero y Miguel Reséndiz Martínez.

En la edición del 27 de septiembre de hace 50 años, Excélsior publicó que la Jefatura de Policía informó que durante los últimos dos días había detenido a noventa y siete personas. La relación fue la siguiente: 20 aprehendidos con relación al incendio de un trolebús y dos autobuses, el miércoles (26 de septiembre de 1968), frente a la Preparatoria 7, en Zoquiapa y Calzada de la Viga. Tres capturados por el incendio de una motocicleta en Río Mississippi y Paseo de la Reforma, en la misma fecha, aunque por la noche. Hubo 18 detenidos por alteración al orden público en la Alameda Central, el martes 25 de septiembre y 15 más, por el incendio de un trolebús y una camioneta, frente a la Preparatoria 7, el mismo martes 25. El resto habían sido detenidos por alborotar y entorpecer la labor de los bomberos y policías, en varios rumbos de la ciudad.

En la información relacionada con el descubrimiento de un muerto en el Politécnico, en la nota firmada por Víctor Payán se lee que el cuerpo de quien se creía era Ángel Martínez, estaba oculto atrás de unos estantes, en un aula del primer piso de la Escuela Superior de Medicina, del IPN.

El cuerpo —se lee en la nota periodística—, ya en estado de descomposición, estaba sobre una camilla de ruedas y tenía parte de la cara tapada con una tela adhesiva y las manos atadas al pecho. Soldados del Batallón de Infantería Olimpia, al mando del mayor Rafael Maldonado Gómez, hicieron el descubrimiento, a las 11:20 horas (del 26 de septiembre de 1968).

Según la nota de hace 50 años, los soldados informaron a su superior que del interior de un aula que estaba sellada salía un fuerte y desagradable olor. El aula fue abierta y se apreció que había servido como sala de emergencia. Se encontraron jeringas hipodérmicas y algunos medicamentos. Daniel Rosas Pérez, conserje de ese edificio, dijo a los investigadores que reconocía al estudiante muerto como alumno de esa escuela, pero no pudo proporcionar su nombre. Para su identificación se dieron los siguientes datos: se trataba de un joven pelirrojo, pecoso, de aproximadamente 22 años; de complexión robusta y estatura media. Usaba una camisa blanca que le fue rota del pecho para descubrirle la herida, suéter de estambre angora, color café, pantalón azul y zapatos negros.

Al cuerpo del joven no se le encontró ninguna identificación. Y en ese momento se creyó que se trataba de Ángel Martínez Velázquez, reportado a las autoridades como desaparecido desde el martes pasado; después se supo era Víctor Manuel Hernández Linares.

En efecto se trataba de Hernández Linares, quien murió el 23 de septiembre de 1968 durante una batalla en el Casco de Santo Tomás. Se habló de decenas de heridos, de al menos 2 muertos y 350 estudiantes detenidos.

En un intento por recobrar la tranquilidad, y con el retorno de Barros Sierra a la rectoría de la máxima casa de estudios, Excélsior publicó información que trataba de encauzar a la normalidad a Ciudad de México. “Paulatino retorno de la calma al DF”, dice el título la nota firmada por Payán.

Después de más de dos meses de conflicto callejeros con los estudiantes, se lee en la nota que las acciones violentas de los huelguistas disminuyeron considerablemente, y la policía no interrumpió los mítines.

De las acciones publicada hace 50 años destacaron tres incidentes: el estallido de un petardo en la sucursal Mixcalco del Banco Nacional de México, en La Merced, a las tres de la mañana; una hora después, un grupo de alborotadores arrojó una bomba molotov bajo la camioneta del Departamento de Tránsito, placas 2922, y la incendió; y por la tarde, los huelguistas se apoderaron de un trolebús en Coyoacán y le prendieron fuego.

Ese mismo 27 de septiembre de 1968, los estudiantes tenían programada una nueva manifestación. Estaba agendada para las 5 de la tarde hace 50 años. La idea era que iniciara después de un mitin en la Plaza de las Tres Culturas. La manifestación tendría como punto de salida la unidad Nonoalco Tlatelolco y como punto final la Plaza de la Constitución.

El 28 de septiembre durante una conferencia de prensa, miembros del Consejo nacional de Huelga (CNH) informaron que aceptarían sostener una reunión que los diputados propusieron con la finalidad de concluir el conflicto estudiantil. Las detenciones a los alumnos de las escuelas de Chapingo y del Instituto Politécnico nacional (IPN) continuaron.

Afirmaron que todas las manifestaciones violentas por parte de los estudiantes se terminarían, pidieron la libertad de sus compañeros detenidos y que se terminaran las detenciones. No obstante, las Dirección General de Averiguaciones Previas de la procuraduría General de la República consignó ese mismo día a Luis Tomás Cervantes Cabeza de Vaca, representante de la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo ante el CNH por incitar a la rebelión, asociación delictuosa, sedición, ataques a las vías generales de comunicación, daño en propiedad ajena, robo y despojo.

El lunes 30 de septiembre, después de doce días de ocupación, el Ejército sale de las instalaciones de la UNAM y los funcionarios de la misma toman posesión de las instalaciones. Sin embargo, siguen ocupados el Casco de Santo Tomás y Zacatenco del Instituto Politécnico Nacional. Ese día se efectúa un emotivo mitin de madres de estudiantes frente a la Cámara de Diputados para protestar por la represión y pedir la libertad de los detenidos. Esta y otras muchas actividades eran completamente silenciadas por la prensa.

 

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