martes, noviembre 26, 2024

Zuangua, vencedor de Moctezuma II Xocoyotzin

A los bisabuelos, Luis Gonzaga García y Reducinda Romero.

Luis Alberto García / Pátzcuaro, Michoacán
* Las feroces guerras de purhépechas vs mexicas.
*Tzitzipandácuri y las victorias sobre Axayácatl y Ahuizótl.
* Dos señoríos, libres para ejercer sus poderes políticos y militares.
* Los cazonci que expandieron el imperio y derrotaron a Moctezuma II.
* Fray Juan de San Miguel, entre los primeros evangelizadores.
* Jerónimo de Alcántara documentó los hechos en Relación de Michoacán.
* En ella se consigna la presencia de Tanganxoán II Tzintzicha en Coyoacán.

Antes de la conquista de la gran Tenochtitlán en 1521 y con la presencia en los españoles en Michoacán en 1522, en una muestra de su poderío, el rey o cazonci Tzitzipandácuri había derrotado años antes a dos expediciones mexicas: una, la del tlatoani Axayácatl y posteriormente otra, la de Ahuizótl, estableciéndose así los límites geográficos entre los dos imperios.
En Convivencia y utopía: gobierno indio y español en Mechuacan, (FCE, México, 2005), Rodrigo Martínez Baracs escribió que “esos hechos ocurrieron antes de la derrota ante los europeos, en un tiempo en que los dos señoríos se sintieron libres para ejercer sus poderes políticos y militares, además de confirmar una acérrima rivalidad”.
A Tzitzipandácuri lo sucedió su hijo Zuangua, también afamado guerrero y cazonci con el que el señorío alcanzó su máxima expansión e, igual que su padre, derrotara a una avanzada mexica que comandó Moctezuma II Xocoyotzin, victoria que le permitió arrebatarle algunas fortalezas en los límites de ambos imperios.
Sin embargo, fue un triunfo que no pudieron celebrar por mucho tiempo, puesto que no tardaron en aparecer los españoles con Cristóbal de Olid al frente, seguido, a fines de 1525, por Nuño de Guzmán y los primeros evangelizadores, entre ellos fray Juan de San Miguel, fundador de Uruapan ocho años después.
La incorporación definitiva de Michoacán a la Primera Audiencia de la Nueva España ocurrió cuatro años atrás, conquistada Tenochtitlán, cuando Cortés puso su atención en los señoríos vecinos de los dominios mexicas y de otras etnias al centro, occidente y norte del territorio.
Desde que se erigió como triunfador sobre los mexicas, Cortés había recibido noticias de la existencia del señorío purhépecha, sus riquezas y su fuerza que “rivalizaba con los mexicas, sin que tardara en enviar a Cristóbal de Olid, y a otros exploradores y religiosos”.
En la segunda parte -la primera se extravió- de su Relación de Michoacán, fray Jerónimo de Alcántara consigna que, luego de los primeros contactos, los nobles indígenas encabezados por Tangaxoán II Tzintzicha y varios embajadores se presentaron en la casa de Cortés en Coyoacán, para buscar información sobre uno y otro.
Para este momento, el cazonci Zuangua había fallecido a causa de una epidemia de viruela traída por los españoles, sucedido por su hijo Tanganxoán II Tzintzicha, quien no tuvo un inicio de gobierno sencillo, al convertirse en el gran derrotado por los invasores en 1522.
Con el imperio en declive, primero debió afrontar la rebelión de los hermanos sobrevivientes a la epidemia, a quienes eliminó, así como debió restablecer su jerarquía política afectada por los fallecimientos a causa de la mortandad importada del otro lado del Océano Atlántico.
Bajo estas condiciones debió tomarse una decisión: enfrentar a los españoles o buscar su amistad, provocando fracturas serias y divisiones violentas en el interior de la jerarquía que, una vez tomada, someterse pacíficamente a los enviados de Carlos I de España, lo que implicó la pérdida de un gran territorio.
Otro de los argumentos que seguramente convencieron al cazonci para actuar de esa manera, debió ser la presencia de las fuerzas de Cristóbal de Olid que, según las crónicas de fray Jerónimo de Alcántara, fueron recibidos en paz y alojados en Tzintzuntzan, la capital purhépecha.
Este acontecimiento se dio a finales de julio de 1522, por lo que, en algún momento del otoño de ese año, el cazonci viajó al campamento de Hernán Cortés en Coyoacán, en las afueras de Tenochtitlán, y ofreció su sometimiento al conquistador y al rey de España.
Se debate si esa rendición fue pacífica o no, lo cierto es que los propios descendientes de este cazonci y toda una élite que estaba vinculada a ese linaje, defendieron durante la colonia el sometimiento pacífico en favor de conseguir privilegios por parte de la Corona y sostener cierto estatus social dentro de la sociedad indígena.
Se trataba de seguir siendo reconocidos como nobles indígenas y los beneficios que ello implicaba; y lo cierto es que, gracias a esto, se incorporó un territorio tan amplio como el actual estado de Michoacán, así como algunas porciones de Jalisco, Guanajuato y Guerrero, las tierras vecinas
Los conquistadores y colonizadores también tuvieron acceso a grandes recursos naturales y al control de una importante población que los proveyó de guerreros, mano de obra esclava y la posibilidad de desarrollar diversos proyectos a lo largo de los siguientes tres siglos de existencia de la Nueva España.

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