viernes, marzo 29, 2024

Tres Pueblos Mágicos dan lustre a Aguascalientes

Adrián García Aguirre / Aguascalientes, Ags.

* Soplo verde sobre los llanos resecos del desierto.
* Calvillo tiene su encanto con el olor de la guayaba.
* San José de Gracia y el Cristo Roto de la isla.
* Los viñedos y los buenos vinos de San Luis de las Letras.
* Real de Asientos, arte religioso e historias de difuntos.
*Actividades variadas en un estado chiquito y bonito.

Las regiones por las que se transportó la riqueza minera extraída en beneficio de España en la etapa colonial que se prolongó tres siglos y que gustosos conocimos, eran territorios generosos en recursos, desde entonces abundantes en tradiciones y artesanías que se ponen al alcance de todos, como los tres Pueblos Mágicos que posee Aguascalientes.

En esta entidad –entre las más pequeñas de México territorialmente hablando: las otras son Tlaxcala y Colima- todo está cerca, como Calvillo, pueblo fértil con olor a guayaba que recibe al visitante con una arquitectura religiosa de alto valor estético, mostrada en la parroquia del Señor del Salitre, además de ostentar joyas naturales como la imponente Sierra Fria.

Esta cadena montañosa está al Noroeste de la capital del estado como un soplo verde sobre los llanos resecos entre paisajes boscosos, presas y parque que regalan solaz y quietud a quien los busca

La presa de Malpaso es visita obligada para comer pescado, y recorrerla hasta el cañón de La Boquilla sin perderse el rancho ecoturístico de Ciénega de los Pinos para hacer senderismo entre arboledas y vericuetos de tierra colorada hasta llegar al manantial y prepararse para pasar la noche bajo el firmamento.

De vuelta a Calvillo hay que conocer las tiendas de deshilados y otros textiles con una buena compra de rebozos y manteles, chalinas y otras prendas elaboradas con mucho afán y cariño, para luego irnos a escoger unos quesos en El Fraile, sin que falte un paseo por los cultivos de árboles de guayaba sembrados afuera de la población.

Los guayabales se ubican en suaves onduladas que configuran un mundo bucólico y de paz campirana, el que nos mostró don Saúl Landeros, propietario de una factoría en la que se fabrican artesanalmente dulces finos de altísima calidad.

Después hay que aprovechar la mañana para ir a San José de Gracia y la presa Calles, atravesarla en lancha y conocer la estatua del Cristo Roto de 25 metros de altura, en cuyo entorno hay decenas de figuras de diferentes versiones escultóricas de Jesús de Nazareth.

La población se encuentra a orillas de la presa que, con el islote y la estatua, tienen muchísimos devotos y feligreses que concurren los fines de semana a los servicios religiosos que se celebran ahí, residentes algunos de ellos en Boca de Túnel, que posee el centro vacacional más completo de estado.

Este es un sitio desértico que incluye más de diez puentes colgantes y dos tirolesas, puerta de entrada a la zona boscosa de la Sierra Fría, a la que el paseante puede adentrarse para dormir en las cabañas que, a módicos precisos, se alquilan con o sin vista al cañón que está al Norte de la región,

Cerca del centro ecoturístico está la presa del Potrerillo, con una caída de agua de cerca de cincuenta metros y restaurantes que ofrecen pacholas –carne molida de res con chile guajillo y especias-, además de otros platillos que consumen con gusto los peregrinos que se aproximan hasta ese embalse que proporciona agua a los agricultores locales.

La hacienda de San Luis de las Letras en Pabellón de Arteaga, perteneciente al municipio de San José de Gracia, brinda un recorrido en ambiente relajado para conocer viñedos, cavas y áreas de producción, con degustación de vinos cinco veces a la semana.

El tercer Pueblo Mágico de Aguascalientes es Real de Asientos, un sitio diminuto en el semi desierto hidrocálido de origen minero que, sin duda, sorprende por sus actividades variadas, que van desde excursiones a túneles subterráneos y la contemplación de arte religioso, hasta escuchar historias sobre el cementerio más antiguo del estado

Frente a la plaza principal está el templo de Belén, con una imagen de un Cristo de cinco siglos de antigüedad hecho con dientes, costillas y cráneos humanos; el santuario de Guadalupe con un panteón anexo; y el templo y convento del señor de Tepozán, cuyo colorido contrasta con la sobriedad del claustro ocupado por frailes franciscanos

De regreso se ve la zona industrial y la parte moderna de Aguascalientes, las casas y edificios de reciente construcción, así como hoteles donde, con todas las facilidades y atenciones esmeradas es posible realizar reuniones de trabajo, congresos, convenciones, exposiciones y eventos sociales.

“Aguascalientes es un estado chiquito y bonito”, dice orgulloso José Luis Nieto Bustamante, administrador de empresas quien, con orgullo nos dice: “Por último, tenemos arte culinario que no se queda atrás de nadie: gorditas rellenas, salsas rancheras envinadas, birria, lechón al horno, chiles aguascalentenses, sopas campesinas, pucheros y otras especialidades regionales, sinónimo cabal de la creatividad gastronómica mexicana”.

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