Roberto Vizcaíno
Faltan 8 meses y medio -258 días- para las elecciones del domingo 2 de junio de 2024.
No sólo eso, la sucesión presidencial en curso, absolutamente atípica, sin antecedente alguno, corre por su propio cauce atropellando y anulando en los hechos -todos los días- a la normatividad electoral y sus instituciones vigentes.
Decididos a jugar sin reglas, candidatos y partidos han acudido a todos los engaños y argucias posibles para avanzar a una sola meta: obtener el poder al precio que sea.
Así el oficialismo y la oposición encubren a sus candidatas –Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez-, bajo supuestos cargos partidarios internos inexistentes. Ideados para la chapuza.
Ahí nada es lo que dicen que es. Las autoridades electorales -INE y Tribunal Electoral-, consienten y validan lo inexcusable.
Lo peor. El país entero juega su juego a sabiendas de que todo ahí es un engaño. Nadie hace gestos. Ni pensar en que alguien pueda salir a protestar por ello. Los ciudadanos hacen como que la Virgen les habla. Y continúan sus tareas diarias.
¡Vaya país singular que es México ¡
En fin, lo cierto es que faltan 8 meses y medio, y cumplir con la normatividad conforme esta se vaya empalmando con la campaña de hecho.
En las siguientes semanas los partidos deberán emitir sus convocatorias a diputados y senadores al tiempo que establecen los procedimientos a cumplir.
En forma simultánea la autoridad deberá abrir los procesos para el registro de independientes y preparar las precampañas que se deberán iniciar entre noviembre y diciembre.
En los hechos eso ya no importa. Sheinbaum y Gálvez ya andan en campaña abierta por todo el país.
Ambas serán registradas por sus respectivas alianzas en febrero próximo, aunque todos en este país y fuera de él sabemos que ya son las candidatas de Morena, PT y Verde y del Frente Amplio Va por México integrado por PAN, PRI y PRD y decenas de asociaciones y organizaciones de la sociedad civil.
La simulación funciona.
La norma indica que en marzo, abril y mayo serán los meses para la campaña formal. Pero para ese entonces ya cada una de ellas habrán de haber presentado sus propuestas y promesas a cumplir en caso de ser la elegida.
Hoy, sugiero yo, no hay que correr prisas. Faltan 258 días para la elección. Mucho tiempo en el que muchísimas cosas pueden pasar.
Sheinbaum lleva ya dos años y medio en campaña. La senadora Gálvez apenas dos meses. Y pese a todo, no hay ganadora a priori, por más que el oficialismo pretenda crear la percepción de que la suya va muy, insalvablemente adelante.
Las 5 elecciones presidenciales de los últimos 25 -30 años indican que desde Carlos Salinas ningún presidente ha visto ganar a su elegido.
Por ello en esta sucesión lo más normal sería que ganara la hidalguense.
Sería la primera vez que la presidencia de México sale del Legislativo. Y, claro, que es mujer.
En fin, a mi de entrada, en este contexto y tiempos por cumplir, me da un poco de risa ver a quienes afirman que Xóchitl anda retrasada en propuestas respecto de Sheinbaum, cuando la hidalguense se ha pasado 40 días en proponer hasta cinco cosas cada día frente a la otra que insiste en que hay que continuar con lo mismo que su jefe ha impuesto en México en 5 años, y que ya todos sabemos que es: cero crecimiento, anulación de instituciones, partidas y programas, inseguridad como nunca, la más alta cifra de ejecuciones, y una perspectiva de dictadura, por decirlo rápido.
Ya veremos el 2 de junio próximo.
MARCELO Y SU JUEGO
Chamaqueado por AMLO, utilizado como comparsa validadora en un dedazo al más viejo estilo priista, Marcelo Ebrard amagó con romper con AMLO y Morena, y ahora crea una asociación civil para, dice, reagrupar a sus simpatizantes y quizá crear un movimiento político.
¿Destino de todo eso?. Sólo él lo sabe… o quizá ni él.
Mientras deambula en el entrepiso de Morena donde todos comienzan ya a arrugar la nariz a su lado porque aquello huele más que a podrido.
¡Cierto! Los tiempos oficiales de los que hablamos antes, le dan la oportunidad de que Movimiento Ciudadano lo postule como su candidato presidencial en febrero de 2024 para aparecer en la boleta del 2 de junio de 2024.
¿Pero en serio va a pasar eso?, ¿Y habrá entonces quien crea que podría ganar esa presidencial?
La verdad es que Ebrard quemó las expectativas que levantó al inconformarse con la consolidación de la candidatura de Claudia Sheinbaum. No tuvo el valor para hacer nada de lo que se esperaba de él. Quedó como mala copia su mentor Manuel Camacho.
Y hoy va por su club de fans.
¡Uf! ¡Vaya destino el suyo!
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