Roberto Vizcaíno
El terror de AMLO a ver tomado el Zócalo por una marea rosa encabezada por Xóchitl Gálvez, ya se trasladó al INE donde su presidenta chaira Guadalupe Taddei ya amenazó con aplicarle el costo del evento a los gastos de campaña de la candidata presidencial de la oposición como lo reclama el oficialismo para intimidar a la hidalguense.
El caso es que la concentración del 19 de este mayo fue convocada por las agrupaciones civiles que ya hicieron anteriormente las 2 marchas y tomas del Zócalo -y otras muchas plazas de unas 100 ciudades más- y Xóchitl Gálvez sólo acudirá como invitada.
Este evento no fue ni organizado por ella o su equipo de campaña, ni estaba agendado en sus eventos de proselitismo.
Pero Taddei se alineo de inmediato al oficialismo y salió ayer a decir que si acude, entonces “el INE lo juzgará como gasto proselitista”.
Con ello, la sonorense Taddei -quien carga con una fuerte percepción ciudadana de sometimiento al lopezobradorismo debido a su afinidad ideológica con esa corriente y a que una veintena de sus familiares y parientes directos colaboran con Morena o la 4T-, reaccionó casi automáticamente, sin siquiera otra consideración, dentro de la línea marcada por AMLO en su mañanera.
En esta línea AMLO afirmó que con el anuncio de la asistencia de Gálvez a la marea rosa del domingo 19 se confirmaba que todo este movimiento y sus marchas anteriores siempre estuvieron encubriendo su apoyo electoral a Xóchitl.
Bajo este principio y suspicacias, entonces el INE y Taddei deberían considerar actos de campaña la Convención Nacional Bancaria de Acapulco, a donde la candidata presidencial de la oposición fue invitada, al igual que Claudia Sheinbaum y el inútil de MC, Máynez.
O las reuniones de ejecutivos de BBVA Bancomer, o de Banamex, o de las 18 universidades a que ha sido convocada, o del Episcopado Mexicano, donde ha hablado.
O los encuentros en las organizaciones de arquitectos, ingenieros, médicos, campesinos, agricultores, aguacateros y otras decenas más de eventos en que ha sido invitada.
Es obvio que ni AMLO, ni Claudia Sheinbaum, ni Mario Delgado gerente de Morena, ni Taddei ahora, la quieren ver estar en el Zócalo de la CDMX ante cientos de miles de ciudadanos que lícitamente le quieren dar su apoyo, porque ello dejará la impresión de que tiene ya una base social que supera a la de la candidata del oficialismo y, que ya rebasó en popularidad al mismo López Obrador.
Los estaría retando de hecho a tener que realizar una concentración similar o mayor de desagravio.
“Es un evento de ella. Es la candidata y tiene que tomar una decisión sobre cómo trabaja sus eventos masivos“, sentenció la presidenta del INE en un acto abiertamente intimidatorio, con la tarjeta roja de expulsión casi en la mano.
¿Entonces la fiscalizarán?, se le preguntó.
“… nosotros trabajamos sobre la agenda presentada por las candidaturas”, respondió la consejera sonorense.
“Ella tiene que tomar una decisión con su equipo de campaña, lo que les corresponde o no les corresponde.
“No es un tema que le corresponda al INE, es un tema que le corresponde a sus equipos, es un tema de ellos. Por lo tanto, entra en todos los eventos que se presentan (los candidatos) en el instituto”, afirmó.
Falta sin embargo que os otros consejeros electorales se pronuncien y den su punto de vista respecto de este asunto. Porque -hay que recordarlo- a pesar de su evidente y no pocas veces obsceno chairismo, Taddei no se manda sola ni es voz única en el INE.
RIVERA, TRAS LOS ACUERDOS Y LOS EQUILIBRIOS EN EL SENADO
En el contexto mexicano actual habría que recordar que hoy, cuando la Presidencia de México es fuertemente buscada por dos mujeres –Claudia Sheinbaum, por Morena y la 4T y por Xóchitl Gálvez, la candidata de la oposición en una inédita alianza PRI, PAN, PRD y organizaciones de la sociedad civil-, los poderes esenciales del Estado -salvo la del Presidente- son ocupados por mujeres.
Nunca antes había ocurrido tal convergencia. Y hoy la presidencia del poder Judicial lo ocupa la ministra Norma Piña y el del Legislativo las presidentas del Senado, Ana Lilia Rivera y en la de Diputados la neolonesa Marcela Guerra.
Dos instituciones esenciales en este momento son las presidencias del INE, ocupada por Guadalupe Tadei y la del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, por la magistrada Mónica Soto.
No incluyo a la secretaria de Gobernación Luisa María Alcalde, otra mujer, por considerar que es prácticamente un florero. Un adorno dentro del equipo de YSQ.
En el grupo de poder real, Ana Lilia Rivera y Marcela Guerra buscan cada una su reelección, como senadora por Morena la primera y como diputada por el PRI, la segunda.
Ambas se han ganado el respeto de sus respectivas cámaras porque han realizado un trabajo equilibrado en la conducción de las tareas legislativas y la realización de los Plenos que no pocas veces suben de tono y que llegan casi a la confrontación.
En esta tarea la tlaxcalteca Rivera, considera que todo para ella se basa en regular las intervenciones en la Tribuna para que todos los asuntos fluyan dentro del reglamento y la civilidad política.
Por ello, a pesar de su afiliación dentro de Morena, permite que participen todos los senadores y senadoras que deseen; con respeto al tiempo a que tienen derecho todas y todos los oradores.
En ningún momento se ha limitado la participación o se ha privilegiado a algún Grupo Parlamentario, ya que se aplica la regla por igual para todas y todos; al igual que se les concede la palabra a quienes lo soliciten.
Este tipo de medidas permiten una sana convivencia, tan necesaria en cualquier Asamblea.
“Yo no actúo de manera arbitraria”, subraya para avalar con sus hechos su reelección.
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