Roberto Vizcaíno
Mientras el presidente Andrés Manuel López Obrador y sus subordinados políticos –Mario Delgado al frente de estos-, tomaban posiciones en la guerra mediática en apoyo a su reforma electoral, y la oposición integrada en la Alianza por México y sus apoyadores lanzaban fuertes misiles de descalificación a la iniciativa, el único que le puso movilización social al asunto fue el senador con licencia Félix Salgado Macedonio quien llegó con camiones repletos de guerrerenses a San Lázaro para exigir la aprobación de esa iniciativa.
Salgado mostró así que es lo que desde Morena y las gubernaturas lopezobradoristas van a hacer para presionar a los diputados de la oposición quienes ya adelantaron que no van a votar a favor de esta reforma electoral.
Mario Delgado y aliados ya anunciaron que además de denuncias penales en contra los diputados que votaron contra la reforma eléctrica, van a sacar a calles y plazas a simpatizantes de AMLO y Morena para exigirle a la oposición votar a favor de la iniciativa del presidente.
Fueron apenas los primeros lances de una guerra político-mediática-legislativa que seguro llegará posiblemente mucho más allá del discurso y el debate, según las proyecciones de los analistas.
En el arranque las posiciones de todos los bandos ya son irreconciliables.
Andrés Manuel López Obrador y los suyos van por la desaparición de todo el sistema electoral surgido del movimiento de Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñóz Ledo y el Frente Democrático Nacional de 1988.
Un movimiento que al menos generó 3 o 4 grandes reformas electorales de las cuales surgieron el IFE e INE, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, el financiamiento público a los partidos, y leyes y normas que enterraron viejos vicios como el carrusel, el ratón loco, las urnas embarazadas y toda una cauda de mañas y fraudes electorales.
A partir de todo eso se dio la alternancia que puso fin a la hegemonía del PRI en el poder y que abrió la puerta primero a la llegada de mandatarios del PAN y luegp de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia.
Hasta hoy las reformas electorales que generaron el actual sistema electoral mexicano, fueron impulsadas desde la oposición. Esta vez esta reforma es impulsada desde la propia Presidencia.
Andrés Manuel López Obrador acudió a una iniciativa de reforma electoral surgida de la maquila realizada por Pablo Gómez y Horacio Duarte para proponer la desaparición del INE y la creación de un nuevo organismo mínimo, casi sin presupuesto y reducido administrativamente al máximo, con consejeros surgidos del voto ciudadano quienes obtendrían salarios similares a taxistas, que además se encargue de organizar consultas ciudadanas.
En este contexto desaparecerían los financiamientos a partidos y quizá las campañas electorales se reducirían a apenas un par de semanas y sin casi promoción de los candidatos, los cuales tampoco tendrían ya a su disposición de tiempos oficiales en radio y TV.
Quedaría un sistema electoral casi de imaginaria, en el que los ciudadanos votarían más por intuición que por conocimiento de perfiles y programas.
Frente a esto los integrantes de la Alianza por México -PAN, PRI, PRD y MC- han indicado que “el único objetivo que puede haber detrás de querer cambiar las reglas desde el poder, es querer mantenerse en el poder”.
Y, en conferencia de prensa indicaron que presentarán una propuesta distinta.
“… no permitiremos retrocesos ni autoritarismos, no permitiremos que México sea una autocracia donde se haga lo que ordene un solo hombre”, dijo el líder del PAN, Marko Cortés.
Jesús Zambrano, quien hace algunos años fue uno de los operadores de AMLO en el PRD, subrayó
“Dice que nos van a dar una paliza en 2024, paliza es lo que le está dando a la constitución y a las leyes de este país. No les tenemos miedo… dicen que el día de la votación de la reforma llegarán a la Cámara de Diputados con miles de personas para presionarnos, no lo vamos a permitir. Consenso
“Andrés Manuel López Obrador, te lo digo de frente, te has convertido en un Porfirio Díaz, o peor aún, en el chacal de Victoriano Huerta al estar asesinando la democracia y las libertades de nuestro país, no lo vamos a permitir”, insistió.
REFORMA SOLO POR CONSENSO
Desde ahora han surgido igual las voces de quienes piden ir a una reforma electoral surgida de la pluralidad.
Elemento central de la contienda lopezobradorista, el presidente del INE Lorenzo Córdova pidió ir a una reforma surja de un consenso amplio y no sólo de la animosidad y desde el poder.
Desde su experiencia y posición Córdova dice que AMLO parte de la premisa equivocada de que en México necesitamos acabar con los fraudes y para que los muertos ya no voten.
La verdad, dijo es que esta iniciativa es para algo que ya está resuelto, pues “en México los fraudes ya no ocurren desde hace un rato, más que en el imaginario de algunos o en la narrativa de los malos perdedores, pero hay quien nunca va a aceptar que perdió, va a decir que perdió por culpa de un fraude”.
El presidente del INE, quien ya cumple su período el siguiente año, insistió en que el actual sistema electoral no necesita ninguna reforma.
MONREAL: HAY QUE ABRIR LA SUCESIÓN
Adelantado, Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado y candidato abierto a suceder a López Obrador en 2024, insistió en que es importante que Morena, como partido político, tenga la capacidad y el talento de abrir el proceso de elección de candidatos a la presidencia de 2024 y “no de satanizar ni perseguir a quienes pensamos diferente”.
Si nosotros cuidamos, de aquí al 24, la unidad, es la mejor garantía para ganar. Si se da la ruptura, fractura o división, se pondría en riesgo el triunfo.
Tal como están las cosas, dijo, habrá un candidato de la alianza PRI-PAN-PRD, al cual se le sumará Movimiento Ciudadano.
En ese sentido, Ricardo Monreal reiteró que sólo habrá dos grandes bloques y depende mucho de que al interior de Morena superen sus diferencias, caminen juntos y puedan garantizar el triunfo en 2024.
“Al final, si nosotros tres –Claudia, Marcelo y yo-, o el propio Adán Augusto, que lo acaban de destapar, si los cuatro no nos ponemos de acuerdo”, podría haber ruptura.
“Obviamente no tendré el cobijo de la cúpula. No sueño con eso, ni estoy esperando que a mí me señalen o que digan es este. No, nunca ha sido así, perdería mi esencia, por eso yo digo, sin afán peyorativo: yo soy de los de abajo, y deseo que los de abajo me respalden y me apoyen, porque estoy muy alejado de las cúpulas”, concluyó.
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