Roberto Vizcaíno
Escucho mucho decir, especialmente de quienes lo conocen desde hace años, que Marcelo Ebrard no tiene agallas y que, en el minuto final, se doblará ante la imposición de Andrés Manuel López Obrador en favor de Claudia Sheinbaum. “Lo hace siempre en condiciones iguales”, afirman.
Pero hoy sus hechos dicen otra cosa.
Sin más tiempo para nada, con 64 años encima y cumplidos los más altos cargos, al excanciller al parecer sólo le queda ratificarse como lo que una mayoría dice que es: un debilucho y timorato, collón agregaría mi santa abuela, o echarse enfrente y pelear incluso hasta la ruptura y confrontación con el mismísimo López Obrador por su derecho a ser el candidato presidencial de Morena… o de otra fuerza política.
La verdad es que desde hace meses viene dando muestras de que en esta ocasión no dejará pasar su oportunidad.
Sin estridencias pero con firmeza ha denunciado pública, partidaria e institucionalmente ante el INE que el juego sucesorio abierto y dirigido por el mismo AMLO cae ya incluso en actos penales, como el de utilizar brigadas y recursos, programas de Bienestar y de la Ciudad de México, amen de otros aportados por gobernadores para impulsar a Claudia Sheinbaum.
Es decir, Ebrard acusa que AMLO y su entorno siguen al igual que el PRI lo hizo durante decenios una estrategia electoral para imponer candidato. Un dedazo cínico, Abierto.
Y ante el señalamiento de su excolaborador y exaliado Mario Delgado, de que su exjefe Ebrard miente al decir que sí entregó a Morena pruebas de sus dichos y denuncias contra Sheinbaum, el excanciller de inmediato salió a contra-atacar a Delgado… y a AMLO:
“…, ya le mandé una comunicación hoy (ayer) en la mañana a Mario Delgado, porque esto se le entregó al presidente del Consejo de Morena (al gobernador de Sonora Alfonso Durazo), que, por cierto, es el órgano en el que se establecieron los acuerdos para este proceso, y por eso a él se la entregué, ya está en sus manos, probablemente él no está enterado”.
—¿Presentó pruebas?, se le preguntó.
“Presenté todo lo que teníamos, y lo que se acordó por parte del partido es que tomarían las medidas, investigarían lo necesario, y así quedamos. Entonces, probablemente él (Mario Delgado) no lo sepa”.
Luego de reunirse ayer con un importante de líderes sindicales, Ebrard prometió entregar a los medios informativos el expediente completo de su denuncia ante Durazo, y reveló que todo eso está igual en manos del los consejeros del INE y “otras instancias”.
¡Ups!
Eso significa que el excanciller ya inicio la judicialización de la interna de Morena.
Lo que pide, afirma, es que se cumplan los acuerdos firmados ante el Consejo Nacional del partido.
“Todos estamos en favor de la unidad… lo que necesitamos hacer es también mantener la superioridad ética y moral del movimiento y cumplir lo que se dice. Primera vez en la historia que la gente va a tomar una decisión en una votación secreta y libre”, subrayó.
En buen español eso significa que AMLO debe sacar las manos del proceso y no insistir en imponer a Claudia. ¿O no?
Y para demostrar que no se dobla, mientras Claudia se reúne con integrantes del Consejo Coordinador Empresarial él acuerda con el Congreso del Trabajo que todavía reúne al grupo más importante de dirigentes sindicales.
Así ayer se reunió con Francisco Hernández Juárez, líder de telefonistas; Carlos Hugo Morales, dirigente de trabajadores de la UNAM; Humberto Gual Ángeles, de Pilotos de México; Raúl Domínguez de la Confederación de Trabajadores y Campesinos; Óscar Moreno de Obreros, Campesinos y Empleados de México; Rodolfo González, líder de la CRO; Isaías González dirigente de Obreros y Campesinos; Fernando Espino dirigente de trabajadores del Metro; y con un representante del senador Napoleón Gómez Urrutia, líder de Mineros.
En los hechos y dichos todo eso es un rompimiento, no dejarse utilizar para consumar el engaño público.
ALFARO IGUAL ANTE DANTE
No le demos vueltas. Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco, ya mandó a volar a Dante Delgado y al MC.
“No tengo interés de participar en un proyecto que ya no entiendo, que se construye de manera unilateral y que simple y sencillamente nos quiere someter a todos a la voluntad de quienes coordinan el partido a nivel nacional”, dijo ayer públicamente.
La respuesta de Dante Delgado, creador y dueño de MC, fue simplemente un “me vale… que haga lo que quiera”.
Creo que eso significa lo siguiente:
“Tenemos que respetar la pluralidad y, por lo tanto, su decisión personal (la de Alfaro)”, respondió Dante.
La fractura estaba anunciada cuando Alfaro, hace semanas, dijo que desde su punto de vista la mejor decisión de MC era unirse al Frente Amplio por México integrado por PRI, PAN y PRD.
Desde entonces, y a pesar de que una mayoría de dirigentes, analistas, y ciudadanos creen que la oposición ganaría claramente si MC se uniera al Frente Opositor, el senador Delgado dijo que no, que lo mejor era ir solos. ¿Por qué? Sólo él lo sabe y no ha podido explicarlo a nadie. Ni a Alfaro, quien ya lo abandonó, y quizá considera unirse él y sus seguidores al Frente Opositor. El Gobernador de Jalisco -que encabeza la mayor fuerza dentro de MC- ha señalado que de seguir la ruta de Delgado, su partido corría el riesgo de aislarse, salirse del esfuerzo de otros muchos para combatir el arrastre electoral de Morena y del presidente, Andrés Manuel López Obrador. Alfaro advierte que MC bajo la conducción de Dante Delgado “no tiene rumbo claro” y está perdiendo credibilidad de cara a los ciudadanos.
Si eso no es ruptura, marcar su raya, no se que sea.
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