Roberto Vizcaíno
Frente al reto de que el Senado inicie esta semana una revisión de políticas y programas de seguridad pública del Gobierno de la 4T, evidentemente insuficientes, Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política reconoció que si bien el presidente Andrés Manuel López Obrador tiene razón en buscar ir a las causas estructurales que originan la delincuencia y la inseguridad en México, lo cierto eso es apenas un fragmento del problema total, que requiere además atender otros muchísimos flancos.
La seguridad pública, dijo, es un fin esencial del Estado Nación, y es uno de los pendientes de mayor complejidad en nuestro país que enfrenta a una violencia y al crimen organizado que no ceden.
“… no debemos perder de vista que ese proceso de ir a las causas estructurales tomará varios años; porque tenemos que resolver problemas profundos en materia de educación, de salud, de empleo, de rescate de los jóvenes, todo aquello que durante décadas los gobiernos anteriores descuidaron y abandonaron.
“Implica además combatir la impunidad, la corrupción y la complicidad.
“Y habrá que revisar los mecanismos de procuración de justicia y dar paso a una renovación del Poder Judicial con mejores jueces y juezas, que no participen en la red de impunidad, complicidad y corrupción: y a la vez tener mejores fiscales”, indicó para enumerar todo lo que le hace falta al diagnóstico de AMLO..
Ni los municipios ni los estados tienen capacidad para enfrentar este reto sin el respaldo del Gobierno Federal. Lo que enfrentan es un poderoso adversario criminal, que es la delincuencia organizada, indicó..
“Soy de la idea de que necesitamos coordinarnos, revisar y reforzar la estrategia; juntos los poderes, los órganos autónomos, la sociedad civil para solucionar el grave problema de la inseguridad y la creciente influencia y control del narco, y la delincuencia organizada a fin de recuperar la paz y la tranquilidad”, subrayó.
ALITO PASA A LA OFENSIVA
Sólo, sin el acompañamiento de los dirigentes del PAN y PRD –Mako Cortés y Jesús Zambrano– Alejandro Moreno se fue ayer a Chilpancingo, territorio morenista, para dar posesión a Alejandro Bravo y María del Pilar Vadillo como nuevos dirigentes del PRI en Guerrero y de paso lanzar un reto:
“¡Claro que hay tiro!… les vamos a ganar la Presidencia de la República y el Congreso en 2024. Por eso están desesperados. Por eso quieren dividirnos. Desde aquí les digo: no van a poder dividir nuestra coalición nacional. No van a poder separarnos, al Presidente del PRI ni lo asustan, ni lo amedrentan, ni lo doblan. Vamos para adelante, y los vamos a enfrentar con la fuerza y la fortaleza de nuestro instituto político”, afirmó engallado.
Luego explicó que la coalición “Va por México”, del PRI, PAN y PRD, representa 40% de la votación nacional, en tanto que la de Morena y sus aliados suma 44%, mientras MC el 6%.
“Por eso sus campañas de desprestigio. Por eso nos atacan y nos difaman. Por eso están desesperados y quieren dividirnos”, dijo.
Indicó que una cosa es la popularidad ficticia que dan las encuestas a AMLO y otra muy distinta la realidad de los votos. Y la realidad de los votos, afirmó, indican que AMLO y Morena y socios van a perder en 2024.
PERIODISMO EN MÉXICO, ENTRE PLATA Y PLOMO: DW
Con un amplio reportaje en su cadena informativa que cubre prácticamente todos los continentes, la poderosa agencia alemana DW advierte que el asesinato de Antonio de la Cruz es apenas “la víctima más reciente de una larga lista de comunicadores asesinados en México”.
El asesinato -que además incluyó la vida de su hija que lo acompañaba-, ocurrido el miércoles 29 de junio frente a su domicilio en Ciudad Victoria, Tamaulipas se suma a unos 150 ejecuciones de periodistas desde el año 2000, según Reporteros Sin Fronteras, y es el duodécimo solo en 2022.
“El país latinoamericano es considerado uno de los más letales para periodistas”.
Timo Dorsch, investigador del Instituto de Geografía Humana de la Universidad Goethe de Fráncfort del Meno, subraya las diferentes realidades a las que se enfrentan los comunicadores en México:
– Por un lado, están aquellos que tienen una plaza fija en uno de los grandes medios establecidos, gozando de cierta seguridad, tanto por su respaldo institucional como por los temas que abordan y su visibilidad a nivel nacional.
– Por otro, están los periodistas de medios estatales, regionales y locales, que desde hace algunos años se han convertido cada vez más en blanco de la violencia.
En entrevista con DW, Dorsch explica que estos profesionales tienden a cubrir temas “delicados” e “incómodos” para determinados actores estatales, como políticos y empresarios, puesto que a menudo sacan a la luz sus conexiones y negocios con el crimen organizado.
Como ejemplo, pone el comercio ilegal de madera en el estado de Sonora, donde hace una semana fueron asesinados dos padres jesuitas y un guía turístico, la misma región que cubría la periodista Miroslava Breach, asesinada en 2017.
Este mismo tema ha sido además centro del análisis y la información periodística de agencias internacionales como France 5 y los medios españoles El País o los italianos.
Así se suman las ejecuciones de periodistas en forma acelerada en el régimen de la 4T que encabeza Andrés Manuel López Obrador sin que exista ninguna respuesta real ni de protección o de investigación para dar con los culpables y castigarlos.
Por el contrario, la denostación y el escarnio, la descalificación y el ataque al periodismo y a periodistas son elementos centrales del discurso y la narrativa diaria del presidente López Obrador desde sus mañaneras.
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