CIUDAD DE MÉXICO, 24 de agosto (AlmomentoMX).- Pese a que la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) ha recibido gran atención mediática, poco se ha hablado sobre el sector servicios, específicamente el de telecomunicaciones, en el que la disputa entre los intereses estadounidenses y los grandes conglomerados mexicanos posiblemente desatarán una “guerra de elefantes”, que puede terminar en un acuerdo entre particulares que disuelva a la libre competencia mediante prácticas monopólicas absolutas, así lo señaló el especialista en derecho comercial, Sergio Ampudia.
En 1993, cuando se negociaba el TLCAN original, pensar en que el sector de telecomunicaciones formara parte del acuerdo era virtualmente imposible, dados el estado de la tecnología y el hecho de que en México había una serie de oligopolios conformados por Telmex, Televisa y TV Azteca.
“Hoy estamos hablando de internet”, dijo a Ampudia a EconomíaHoy.mx. “Estados Unidos está interesado en tercerizar este vehículo para el comercio electrónico, digital y transfronterizo, pero no se van a enfrentar a algo sencillo, tenemos aquí oligopolios muy importantes”.
Durante la negociación original, Estados Unidos era consciente de las dificultades que existían para acceder al mercado mexicano en el sector telecom, pero no lo consideraban imposible, y por ello propusieron -y así se estableció en los artículos 1305 y 1306 del TLCAN- que los monopolios permitieran el uso de infraestructura pasiva a los competidores.
La propuesta de Trump para el TLCAN 2.0 se enfoca en el tema de la interconexión, y busca, según los 22 puntos a negociar presentados al Congreso Estadounidense, facilitar la entrada al mercado mediante una regulación transparente y un regulador independiente.
“Lo que está diciendo es que (en México) la regulación no es transparente y el regulador (IFT) no es independiente”, explicó Ampudia.
Un factor importante en la discusión es la reciente resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que declaró inconstitucional uno de los grandes logros de la reforma a la ley de telecomunicaciones de 2013: el que las empresas competidoras de Slim -y otros agentes económicos preponderantes- utilizaran gratuitamente la infraestructura pasiva de éste para facilitar su entrada al mercado, se propiciara así la competencia y se redujeran las tarifas al consumidor final.
“La tarifa cero fue una idea extraordinaria”, dijo Ampudia. “Hoy la Corte sólo estableció que la tarifa de interconexión cero no debía haberla fijado el congreso sino el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT). Yo creo que el IFT es un organismo secuestrado y que no las va a fijar, se van a fijar (las tarifas) entre las propias empresas”.
El experto asegura que en la renegociación del TLCAN 2.0 existirán enormes presiones que obligarán a todas las partes a replantear sus objetivos.
“Yo no creo que nuestros negociadores, que son los mismos de 1994 vayan a hacer una aportación importante”, dijo. “Al final del día la resolución de la Corte pone en duda la constitucionalidad de muchos aspectos de la reforma en telecomunicaciones y en consecuencia el tema de la transparencia y la fortaleza del regulador. Tendremos agentes económicos de telecomunicaciones estadounidenses con enormes presiones sobre nuestros negociadores para no ceder parte del mercado”.
Pero se enfrentan a uno de los hombres más ricos y poderosos del mundo. El sexto mayor multimillonario de la lista Forbes, Carlos Slim amasó su fortuna de 54,500 millones de dólares gracias a que hasta antes de la reforma en telecomunicaciones, el margen de ganancias del sector de telefonía móvil en México era de 64%, cuando a nivel mundial era de 27%. Ese margen, dice Ampudia “Slim no lo va a dejar, y tampoco lo va a dejar Televisa”.
Para el especialista, solo hace falta ver el tamaño del negocio. El mercado de telecomunicaciones representa 1.5 billones de dólares anuales. “Ese es el pastel que va a estar en la discusión del TLCAN”.
Dado el tamaño de quienes participarán en la negociación y el riesgo político que implica la cercanía en tiempos con el calendario electoral mexicano, el resultado, para Ampudia, es previsible.
“El problema sería que hubiera un tema de colusión, que se aceptara entre oligopolistas una tarifa no competitiva, simplemente un acuerdo, que es en sí una falla del mercado. Los proveedores extranjeros van a llegar a un acuerdo colusivo con los de adentro y no ve a nadie recurriendo a objetar prácticas monopólicas absolutas, que son las que yo creo que se van a dar.”, zanjó.
AM.MX/fm