jueves, marzo 28, 2024

TEXTOS EN LIBERTAD: A 50 años de Plural, tribuna ideológica de Octavio Paz

José Antonio Aspiros Villagómez

 

         En el libro Historia del periodismo cultural en México, su autor Humberto Musacchio narra desde el arribo de la imprenta a Nueva España con Juan Pablos en 1539, hasta las revistas y suplementos culturales editados principalmente en la Ciudad de México en los primeros años del siglo XXI.

De aquellos inicios, el periodista y escritor registra sucesos como cuando Carlos de Sigüenza y Góngora hizo en el siglo XVII “un aporte de especial importancia para nuestro tema”, o cuando en el XVIII Juan Ignacio María de Castorena Ursúa y Goyeneche fundó la Gaceta de México y publicó en ella una sección con las novedades literarias de la época.

         Nos detenemos en la página 183 de esa Historia del periodismo cultural en México, (Conaculta, 2007), donde se reproduce la portada en formato tabloide del primer número de la revista Plural (que costaba cinco pesos), porque en este mes de octubre se cumplen 50 años de su aparición: el día 15 según el enterado articulista de La Jornada Javier Aranda Luna, o el 24 si nos atenemos a los datos un tanto ambiguos del libro A treinta años de Plural (FCE, 2001).

         Esta revista fue editada mensualmente por la Cooperativa Excélsior entre octubre de 1971 y diciembre de 1994. Octavio Paz fue su director durante 58 meses hasta julio de 1976; luego la dirigieron sucesivamente el amigo colega Roberto Rodríguez Baños, un grupo colegiado y Jaime Labastida, hasta llegar al número 261.

         Fueron dos épocas muy diferentes para la revista, la primera con Julio Scherer y la segunda con Regino Díaz Redondo al frente de la cooperativa. Según Musacchio, en su primera etapa la publicación “desplegó un periodismo de crítica implacable a los países socialistas y de notorio disimulo ante las atrocidades de las dictaduras sudamericanas”, mientras que al decir de Paz, tras su salida de Plural llegaron a ese medio los “esquiroles de izquierda”.

Y en aparente contradicción con el juicio de Musacchio, Paz dijo en una entrevista que “una de las grandes novedades intelectuales de la revista” fue hacer crítica política e histórica que incluyó tanto al sistema mexicano, como “la situación de nuestros países (en América y el Caribe), sometidos a dictaduras casi siempre sostenidas por Washington”.

         Es importante mencionar que, cuando desde el gobierno de Luis Echeverría se fraguó el golpe contra Scherer en Excélsior (julio de 1976), también salió con él el equipo completo del mensuario con Octavio Paz a la cabeza, y meses después fundaron la revista Vuelta, misma que fue considerada desde las páginas de Plural en su segunda etapa como un “proyecto cultural reaccionario”.

         En 1968 el poeta había dejado el cargo de embajador en la India y a finales de 1970 “no tenía una visión clara de su futuro”, según testimonio de Scherer en A treinta años de Plural, por lo cual puso a su disposición las páginas de Excélsior y luego convinieron en hacer una revista mensual. “Aceptamos -escribió Octavio Paz- con una condición: libertad. Scherer cumplió como los buenos y jamás nos pidió suprimir una línea o agregar una coma. Actitud ejemplar, sobre todo si se recuerda que más de una vez los puntos de vista de Plural no coincidieron con los de Excélsior”.

         Y después, en una entrevista de Scherer a Paz para la revista Proceso (octubre de 1993), éste reconoció que “Plural no era sinónimo de eclecticismo ni de condescendencia y manga ancha moral o literaria”. Y más: que no todas las opiniones “debían ni podían tener cabida” en Plural, que pese a su nombre era “una revista crítica, con ideas claras, propósitos definidos y, en materia estética y literaria, con gustos y preferencias”.

Paz también le dijo a Scherer que “a pesar de las críticas que provocaba Plural entre tus amigos de izquierda… tú me defendiste sin jamás intervenir en la orientación de la revista”. Y volvió a reconocer ese apoyo en otra entrevista que se reproduce en A treinta años de Plural, donde además menciona que el proyecto de hacer una publicación cultural fue suyo desde que estaba en la India, allá por 1966 o 67 y lo compartió con otros intelectuales, pero se desvirtuó y él tomó distancia porque “desconfiaba de algunos de los invitados de última hora, como (Gabriel) García Márquez, demasiado ligados a La Habana”.

En tal conversación, que aparece en ese libro cuyo contenido se limita al periodo de Paz al frente de Plural (1971-1976) y no a toda su historia porque según Juan García Ponce, después de ellos la revista fue “una burda falsificación”, el poeta dijo que cuando tuvo lugar el golpe en Excélsior hubo un manifiesto donde -sensible como era cuando se le marginaba- no apareció su nombre, y tampoco se mencionó a Plural ni su solidaridad con Scherer al ser anunciada en un acto público la fundación de Proceso. “El amnésico orador del acto -el periodista Granados Chapa- ni siquiera mencionó a Plural ni a sus redactores y colaboradores”.

(Ese “orador” del reclamo de Paz, fue el destacado periodista y académico de la lengua Miguel Ángel Granados Chapa, de cuyo deceso se cumplieron diez años este 16 de octubre).

El primero de esos agravios al poeta y su publicación, “fue el principio de nuestra separación” de Scherer y su grupo, y en el segundo caso “el desaire nos unió” y decidieron continuar solos para crear Vuelta.

A juicio del editor y escritor Adolfo Castañón, expresado en las páginas del libro A treinta años…, los lectores de Plural “eran los intelectuales jóvenes (y no tanto) que venían del 68, que habían sido testigos de los hechos sangrientos del 10 de junio de 1971 y en quienes ya afloraba el escepticismo hacia el sistema político mexicano articulado en torno al PRI y el lenguaje oficial de la Revolución mexicana”.

Ignacio Solares fue uno de los muchos intelectuales invitados por Marie-José Paz, la viuda del director de Plural, a escribir un testimonio para el libro A treinta años…, elaborado a propuesta de ella, supervisado por Joaquín Diez-Canedo Flores y editado por el Fondo de Cultura Económica que entonces dirigía Gonzalo Celorio. En su texto, Solares dice algo inquietante: que Octavio Paz “revisaba y corregía hasta la última nota de la revista, fuera de quien fuera. Cambiaba párrafos, agregaba ideas, retocaba todos los estilos, incluido el suyo”. Es decir, todo y todos bajo control.

En su libro Breve historia de nuestro neoliberalismo (Debate 2021), el escritor Rafael Lemus sostiene que Vuelta, la última revista que dirigió Paz, se distanció de Plural donde confluían autores de distinta posición política. Así, figuras de izquierda como Carlos Fuentes y Julio Cortázar fueron cuestionados en la nueva publicación y luego “expulsados del círculo cercano”, porque ésta ya fue “más polémica, más combativa, ideológicamente más definida”, y “ferozmente anticomunista y antipopulista”.

Algunos datos de lo que pasó con Plural después de Octavio Paz, los ofrece la Enciclopedia de la Literatura en México (elem.mx), del Centro de Estudios Literarios del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM. Por su parte, el Grupo Salinas creó el micrositio Arte & Cultura (arteyculturags.org/plural), donde tiene a disposición de los interesados solamente los primeros 58 números de Plural, los que hizo Octavio Paz, debidamente digitalizados.

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