viernes, abril 19, 2024

TEMAS CENTRALES: Primera jornada electoral de la 4T

Miguel Tirado Rasso

mitirasso@yahoo.com.mx

En poco menos de dos semanas, el próximo dos de junio, se celebrará la primera jornada electoral en los tiempos de la 4T, en la que estarán en disputa 148 cargos de elección popular. Comicios para elegir gobernador, diputados locales y presidentes municipales, en Baja California; diputados locales, en Quintana Roo y Tamaulipas, y renovación de ayuntamientos, en Aguascalientes y Durango.

En Puebla, se realizarán elecciones extraordinarias para gobernador, tras el fallecimiento de la gobernadora, Martha Erika Alonso, en un fatal percance aéreo, aún no esclarecido del todo, por cierto, y, también extraordinarias en cinco municipios de esta entidad, en los que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, anulara la elección del primero de julio del año pasado.

Una verdadera prueba del ácido para el Partido Acción Nacional, será esta jornada electoral, porque, actualmente es gobierno en los seis estados mencionados y su fuerza política no se encuentra en su mejor momento. Según encuestas publicadas, a las que habría que tomar con cautela, sin embargo, el blanquiazul corre en un alto riesgo de perder las dos gubernaturas en disputa. Lamentable, en particular la de Baja California, que fuera su primera victoria electoral para una gubernatura en 1989 y que, a partir de entonces, conserva hasta la fecha.

Solo para el contexto, valdría mencionar que Baja California fue la primera entidad con alternancia en el país, porque hasta entonces el PRI había mantenido el carro completo en las gubernaturas estatales. Así que 30 años de hegemonía panista, al parecer, están a punto de concluir. Tampoco se esperan muy buenos resultados para este partido en los estados de Aguascalientes, Durango y Quintana Roo, y sólo en Tamaulipas ven posibilidades de salvar la cara.

En Puebla, las cosas no marchan bien. Con la muerte del ex gobernador Rafael Moreno Valle, el blanquiazul perdió presencia y posicionamiento en el estado. Desde la elección para su candidato a la gubernatura sustituta, este partido andaba sin brújula. Sus problemas hacia el interior en el Comité Nacional se reflejaron en un desánimo generalizado que contagió a la militancia poblana. Optó por repetir la alianza con el PRD y Movimiento Ciudadano (MC), pero sin mucha convicción. Finalmente, se adhirió a la propuesta del MC en favor de Enrique Cárdenas, economista y ex rector de la Universidad de las Américas, auto definido como candidato ciudadano, ante la incapacidad de encontrar un candidato propio con peso político suficiente.

En un desangelado inicio de campaña, en el que brillaron por su ausencia dirigentes y personajes de los tres partidos en alianza, este candidato, sin partido y sin mucho apoyo de sus postulantes, se lanzó a una guerra de lodo en contra del candidato de Morena, Miguel Barbosa, en una estrategia que quizás debió haber reorientado, pues, aunque subió algunos puntos, no han sido suficientes para preocupar a su contrincante.

El candidato morenista anda sobre los 50 puntos en las preferencias, mientras Enrique Cárdenas apenas rebasa los 30 puntos. Hay un tercer candidato, el del PRI, Alberto Jiménez, cuya participación es más bien testimonial, ante la indiferencia mostrada por su partido en su campaña. El priista suma 16 puntos, que poco le sirven en esta competencia. En cambio, estos puntos resultarían oro molido para el candidato del PAN, que, en una jugada maestra, lo podrían transformar en una verdadera amenaza para el candidato de Morena. Pero eso es otra historia.

El domingo pasado se llevó a cabo el primer y único debate entre los candidatos a la gubernatura sustituta. Guerra de descalificaciones y oportunidad perdida para presentar propuestas y programas por parte de quienes se dicen comprometidos a servir a los poblanos. Lo que resaltó de este encuentro fueron los defectos, deficiencias, fallas y carencias de los personajes, en una competencia que deja a los electores con la lamentable opción de tener que elegir entre el menos malo de los aspirantes, porque cada uno se esmeró en exponer lo peor de sus contrincantes, omitiendo argumentar, cada quién, porque merecerían el apoyo ciudadano.

¡Vaya con la estrategia electoral!

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