Miguel Tirado Rasso
El domingo pasado, el periódico Reforma publicó una encuesta sobre las preferencias electorales rumbo a la elección presidencial de 2018, en la que destaca el crecimiento inesperado del partido Morena, que lo coloca como primera fuerza a nivel nacional, arriba del PAN por 5 puntos de diferencia y del PRI, por once. El otro dato, no tan novedoso, es el posicionamiento de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien, en cualquiera de las combinaciones imaginables, supera a todos los posibles aspirantes, conocidos, independientes y de otros partidos.
Con las reservas que deben ser vistos estos estudios, dadas sus imprecisiones bien conocidas, la información puede ser utilizada con diversos fines. Para quien aparece encabezando las preferencias, resulta de gran utilidad, porque la aprovechará en discursos, declaraciones y entrevistas como fundamento para dar por descontado su triunfo electoral, aún antes del proceso y para descalificar cualquier otra encuesta que no lo coloque en primer lugar.
Sirve a los aspirantes para tener una idea, aunque relativa, sobre su posicionamiento a pocos meses de que los partidos políticos definan a sus candidatos presidenciales y, también para ver los resultados, en algunos casos, de su activismo auto promocional como aspirantes en los pasados meses. A los partidos políticos, les sirve como referencia para analizar las posibilidades de quienes se han auto destapado y para analizar distintos escenarios.
La encuesta de Reforma no difiere mucho de otras publicadas recientemente, en lo que toca a los aspirantes. En todas o casi, el político tabasqueño aparece arriba en las preferencias y esto no es gratuito. Este personaje anda en campaña desde hace más de 15 años y es el único candidato declarado, reconocido y confirmado por un partido político. Sus recorridos a lo largo y ancho del país, tienen su recompensa al ser el personaje más conocido de todos los considerados en las encuestas. López Obrador anda sobre los 30 puntos, que podríamos considerarlo como el techo al que puede aspirar, pues su actividad proselitista, cuando sean los tiempos formales de campaña, no diferirá mucho de la desarrollada hasta la fecha, así que no es de esperar que le aporte muchos puntos más.
Sobre los otros posibles aspirantes, por el momento y hasta que los partidos hagan su selección, todo es especulación, pues nada les garantiza su candidatura. De aquéllos que llevan meses en abierta campaña, como Margarita Zavala y Rafael Moreno Valle, sólo la primera ha logrado mejorar su posición y resulta la carta más competitiva frente al tabasqueño. La única, según esta encuesta, a la que líder de Morena supera por tres o cinco puntos, según el caso, mientras que a los demás aspirantes les lleva más de diez puntos de ventaja.
Los punteros que señala esta encuesta, son precisamente los que han sido más activos en su autopromoción, AMLO y la ex primera dama. Sin quitarle mérito a su personalidad, podríamos suponer que su activismo ha tenido bastante que ver con los porcentajes alcanzados en las preferencias. Porque resulta que quienes no se han lanzado a hacer campaña, aunque se suponga que quieren contender, son los que registran los números más bajos (Miguel Ángel Mancera, Ricardo Anaya y Miguel Ángel Osorio Chong).
Hay que ser cautelosos en la interpretación de esta encuesta y de todas las que se elaboren antes de que los partidos políticos definan a sus candidatos, pues los números pueden cambiar dependiendo de los candidatos que postulen sus partidos. Y es que hasta entonces será cuando podrá establecerse una comparación en igualdad de circunstancias.
Llama la atención que Morena aparezca arriba de todos los partidos en las preferencias de los electores. Habría que reconocer que sin el eterno aspirante presidencial, su líder y fundador, este partido se desmoronaría, además de que, a pesar de sus recorridos por todos los rincones del país, no ha logrado construir una infraestructura que cubra toda la República, indispensable para consolidarlo como una fuerza política nacional. Parodiando a Luis XlV de Francia, López Obrador bien puede afirmar que Morena es él.