sábado, noviembre 16, 2024

TEMAS CENTRALES: Elecciones 2021, prueba superada

Miguel Tirado Rasso
mitirasso@yahoo.com.mx

La elección más grande de nuestra historia electoral pasó la prueba, a pesar de un ambiente enrarecido por una violencia hasta criminal de la que no quedó claro su origen, pues, no obstante el asesinato de 36 candidatos y aspirantes, y las múltiples agresiones y amenazas contra políticos y sus familias, las investigaciones quedaron pendientes. Poco aclararon y menos avanzaron, por lo que sus deudos y los afectados debieron conformarse con la estadística que indica que estos actos suceden en procesos electorales.

La ciudadanía no se amedrentó y, con todo y la pobre oferta política, la falta de propuestas, la improvisación de candidatos, las campañas deslucidas y los dimes y diretes entre dirigentes y partidos, salió a votar. Los electores se movilizaron y, con su presencia masiva en las urnas, mandaron un mensaje de inconformidad con el discurso que polariza y divide a los mexicanos y estigmatiza a quiénes piensan diferente. La presencia de esos votos adicionales, no responde a la “influencia de campañas de desprestigio” o a una “guerra sucia”. Su lectura debe ser el rechazo a la estrategia que fomenta enfrentamientos clasistas, que en nada ayudan a resolver los problemas del país.

El pronóstico de una jornada electoral muy concurrida, no falló. Para una elección intermedia, ésta resultó la más votada (sobre 52 por ciento) desde 1997, cuando los porcentajes de votación se inflaban sin medida. En aquélla elección, con un padrón de poco más de 52 millones de electores, el porcentaje oficial de participación ciudadana fue de 57.62 por ciento, poco creible, como el de la intermedia anterior, de 1991, que se decía haber alcanzado ¡65.85 por ciento! Números políticamente convenientes, los de aquellos tiempos, para la circunstancia hegemónica del entonces partido casi único, en los que era el gobierno quien organizaba, presidía y controlaba los procesos electorales.

Como se esperaba, hubo sorpresas para todos, unas buenas y otras no tanto. El partido del Gobierno, si bien no alcanzó la mayoría calificada para la Cámara de Diputados federal, con sus aliados (PT y probablemente PVEM) no tendrá problema para contar con una mayoría simple. Eso sí, les va a salir un tanto más costosa, ante la advertencia del ex gobernador Manuel Velasco quien declaró que tendrá que valorar la alianza del partido Verde con Morena, lo que sonó a elevar la tarifa de su alianza.

En las elecciones para las gubernaturas, este partido debe sentirse satisfecho, pues aunque hablaban de obtener 13 o 14 triunfos, las encuestas de los últimos días de campaña le auguraban, sólo, 7 u 8. Así que, haber ganado 10 y, quizás, hasta 11, no está mal. Con éstas, más las 6 (CDMX, Chiapas, Morelos, en coalición con PES, Puebla, Tabasco y Veracruz), que ya gobiernan, quedarán muy bien posicionados en más de la mitad del territorio nacional.

En donde les fue mal, fue en la capital del país. Pero bueno, tras 24 años ininterrumpidos de gobiernos de “izquierda” (PRD y Morena), con control absoluto, o casi, de los tres poderes, pudieron gobernar a placer, pero con más pena que gloria. El hartazgo tiene sus consecuencias. La explicación del descalabro, sin embargo, podría estar más allá de la calificación a la gestión de la autoridad local, considerando que la CDMX es la sede de los poderes de la Unión y, al mismo tiempo, caja de resonancia de la oratoria mañanera. Derrota inesperada por Morena, no contemplada en las encuestas, que, por lo mismo, resulta difícil no considerarla simbólica.

A los partidos de oposición les funcionó la alianza, no obstante las muchas opiniones en contra que llegaron a calificarla de antinatural. Si bien, en las gubernaturas no les fue bien, en las diputaciones federales mejoraron sus números, quizás no al nivel de sus expectativas. Pero habría que recordar su condición tras el tsunami de 2018, que los dejó devastados, desorientados y sin ánimos de competencia. Esta pequeña recuperación les permite continuar en la lucha política, siempre y cuando mantengan sus acuerdos aliancistas en el trabajo legislativo.

Al parecer los tres partidos nuevos, Encuentro Solidario, Redes Sociales Progresistas y Fuerza por México, tuvieron su debut y tendrán su despedida, al no alcanzar el mínimo de 3 por ciento de los votos emitidos. Con estas organizaciones se repite la historia, muy costosa, por cierto, de otros fracasos. Se dice que más de 20 partidos han perdido su registro desde 1980. Intentos infructuosos por enriquecer nuestro pluripartidismo, que la terca realidad se ha encargado en desechar.

Un dato a destacar en esta elección es la participación de la mujer, que, en la contienda por las gubernaturas, cinco alcanzaron el triunfo y, una más, esta pendiente. Desde 1979 en que, por primera vez, una mujer fue elegida gobernadora (Griselda Álvarez, Colima), en el país sólo 7 mujeres han asumido ese cargo y, dos, han sido Jefas de Gobierno de la capital de la República. Si esto se confirma, tendremos seis o siete gobernadoras (una Jefa de Gobierno), simultáneamente, por primera vez en nuestra historia. Enhorabuena.

 

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