Además de la multa y la prisión, los infractores deberán tomar un curso de “conciencia social” y quien reincida sería obligado a realizar trabajo comunitario.
Pocas personas en Lugo saben que durante casi medio siglo la ciudad albergó un reformatorio femenino en el que se encerraba a mujeres consideradas "caídas" o "descarriadas".