La gestión del dinero de manera individual es un reflejo de quiénes somos y por si sólo puede ser complejo. Si a esto le sumas los intereses e ideales de tu pareja, se vuelve todo un desafío, pero con la comunicación abierta y la colaboración de cada uno en proporción de sus ingresos, es posible alcanzar metas financieras compartidas, fortalecer la relación y cumplir sueños.