Mientras que la preocupación mundial por reducir emisiones de gases contaminantes lleva a dirigir las inversiones hacia la generación de energías renovables, México sigue apostando al uso de combustibles fósiles.
Si Morena estuviera en la oposición, lo primero que hubieran hecho después de conocerse la operación de compraventa de 13 plantas generadoras de energía eléctrica a la empresa española Iberdrola, es exigir una explicación clara y transparente.