De acuerdo con la agencia apro, los pueblos de las regiones Frontera, Sierra y Frailesca de Chiapas, viven desde hace más de tres años en la incertidumbre por el control de las rutas de trasiego que mantienen los grupos del crimen organizado, cuya violencia extrema y su rastro ha dejado decenas de asesinatos, desapariciones, desplazamientos forzados y extorsiones.