Por Norma Meraz
Un país apabullado por tanta algarabía con motivo de las elecciones, sin duda deja una sociedad en aparente silencio .
Los innumerables problemas que aquejan a los mexicanos como la violencia, acompañada de corrupción e impunidad, además de la ineficacia del gobierno, hacen que el país y la vida democrática queden pasmados .
Hasta hace pocos años, los censos y las encuestas, registraban como preocupación principal de los ciudadanos la situación económica; hoy la violencia desbancó del primer lugar ese agobio. Y es la violencia la que reina al frente.
Cómo una nación con tanta riqueza, que posee su gente, su cultura, sus recursos naturales, su enorme territorio, sus litorales, sus yacimientos de oro, plata, zinc, uranio, petróleo y una biodiversidad maravillosa se encuentre conque la mitad de sus pobladores vivan en la miseria y marginación?,
con un sistema político muy poco ortodoxo: es decir, con poco apego al deber de servir; que se esmera en corroer las estructuras de poder que sustentan las instituciones, debilitándolas así por la sola ambición de poder de sus gobernantes propiciando abusos e impunidad .
Por si fuera poco, tenemos un país con muy bajos niveles de educación, empleo, de producción de alimentos con cientos de pozos petroleros e importando dos terceras partes de la gasolina que consumimos y mediana cobertura de la salud?
En medio de todo eso, sobresale un escenario político que con tanto ruido ensordece a la población; no la deja hablar, la acalla con datos y cifras carentes de veracidad, discursos vacíos que no emocionan ni conmueven y es que no hay contenido en la línea discursiva de los aspirantes a dirigir el pais .
Hoy mismo existen tres coaliciones políticas con su “precandidato“
cada una.
En la etapa de precampaña que concluye el próximo domingo, ninguno de sus abanderados han expresado en sus mensajes-millonarios en número y en
costo-, el haber realizado un análisis y un diagnóstico de la situación real que vive el pais, para que les permita luego hacer propuestas a los posibles electores .
Existen también tres suspirantes independientes que quieren aparecer en la boleta del Uno de julio .
Estos tres mexicanos suman – según expertos en elecciones- un 8% del electorado-,; por supuesto ninguno por si solo ganaría la presidencia, pero sí podrían inclinar la balanza hacia cualquiera de las coaliciones.
De todos los aspirantes, ninguno se atreve a hablar claramente del origen de los problemas, todos se abocan a dar recetas para resolverlos y el resultado es: falta de credibilidad.
Dos de las tres coaliciones una con candidato del PRI y otra con candidato surgido del PAN han gobernado el paíd y los dos con saldo en contra.
Ambas coaliciones cada una con tres partidos , una (PRI-Verde-PANAL )y otra (PAN-PRD-MC)juegan al intercambio de militantes entre sí como si fuera rotación de fichas de colores .
La tercera coalición (MORENA- PT-PES) cuyo candidato viene trabajando desde hace doce años para ganar la eleccion, ha convertido a MORENA en un partido receptor de inconformes que vienen de otro partido o son anti-sistema que se suman con la esperanza de lograr un puesto en esa alianza que está ávida de gente aunque no tanto de ideólogos.
La próxima semana marca el inicio de otras once -etapa llamada de intercampaña- para que tomen aire los candidatos .
Ojalá que esos días sirvan a todos los contendientes y a sus equipos de trabajo para que pongan los pies a tierra y verdaderamente piensen en qué es una campaña y cómo se hace porque el hecho de contar con mucha experiencia burocrática y varios doctorados, no los hace políticos en automático.
La política es más que haber pasado 25 años en la escuela con calificaciones de 10, leído un millar de textos y haber ocupado varios escritorios en distintas oficinas.
Tendrán que ocupar el tiempo -corto por cierto-, para hacer una “reingenieria”- como dirían los técnicos-, en sus equipos de campaña; reconocer sus errores y replantear la estrategia, si la tuvieron antes.
Habrá que empolvarse los zapatos, abrir las orejas para escuchar mejor, y con unos ojos muy grandes para ver, conocer y comprender a cabalidad este México nuestro.
Ni sermones coloquiales ni arengas estridentes convencerán a los electores para elegir su mejor opción.
No hay que olvidar el 30% de los indecisos que podrían poner el punto por lo redondo.
A trabajar para ir por ellos!
Entendamos los silencios de la sociedad y solamente….
Digamos la verdad!