MOISÉS EDWIN BARREDA
Ciertos personajes designan a la boca como arcón de perlas oriente engarzadas en coral rosa; pero mocho contra tronchado a que excluyeron la de los grillos. Con más ganas su hubieran escuchado los guayabazos y mentiras absolutas que antier jueves se arrojaron entre sí los flamantes pastores de la borregada priísta en el Congreso y el muñeco parido por la caja idiota, que los dirigirá hasta que el repudio popular lo expulse.
Si usted observa de cerca el rostro del sonorense Manlio Fabio Beltrones, manumiso de cargar el portafolios del “Fouche” Fernando Gutiérrez Barrios, pesadilla que transformó en muletas para la grilla, ahora uno de tantos infieles y ufanos (primera acepción) escuderos del muñeco que carlos Stalinas de gortari impulsó –como conviene a sus ambiciones— hacia la Presidencia mediante fraude avalado por los escandalosamente corruptos IFE, su presidente –Leonardo Valdés–, TEPJF y muchos mercachifles de la comunicación, se percatará de que le son eficaces las cremas usadas por las mujeres para las mascarillas con que quieren lucir siempre fragantes y seductoras para los machines.
Mas no hallará vestigios de la crema recomendable a la gente que sufre ardor en el rostro cuando la obligan a llamar blanco al negro, y viceversa, que la mañana es noche y el invierno es primavera. Ya la dieron de baja de los mejunjes a que son tan dados los grillos y los proxenetas de los hilachos de lo que fue política mexicana.
La verdad, no les sirve. No les arde el rostro como a los inocentes obligados a mentir, porque el cinismo –que requiere nuevo nombre–, la desfachatez y la frecuencia con que lo hacen ya son parte de su naturaleza. Quizá finalmente, alienados, creen verdad sus mentiras, o que la gente decente debe aceptarlas como verdad.
Menudo ridículo el de Beltrones, de Gamboa –desconocido por su padre—y del muñeco. Creen que nos juegan el dedo en la boca. Particularmente la antítesis de Chucky asegún las féminas de materia gris absente, ya habituado a decir mentiras a pasto, como oraciones las comadres en el rosario, con las que se tapona para no oír el creciente rechazo popular al rancio y sucio aceite con que se le quiere ungir Presidente,
La primera mentira el jueves fue doble: el PRI ganó la elección del primero de julio (una) para cumplirle a México, para servirle y para darle resultados (la otra). E hizo sonar las esquilas para la borregada en el Congreso.
La gente decente que alcanzaba a escucharlos se sorprendió de que el muñeco no arrojara bocanadas de sangre tras afirmar que el quinto fraude de su partido en comicios para la Presidencia es –nada menos– la segunda transición democrática en México, y (¡¡el colmo!!) “se enmarcará” en el proverbial sometimiento del Legislativo al Ejecutivo, aunque lo llamó “muy sana cercanía y estrecha colaboración entre el Legislativo y la Presidencia.
Lo más fatuo del muñeco fue decir que actuará de acuerdo “a la avidez y el deseo dela sociedad por encontrar en la democracia mayores resultados, o nos considera estúpidos porque hurgamos en algo que no existe, es decir la democracia. Si la hubiera él no llegaría a Los Pinos.
Otra tontería fue su disposición a “honrar y responder a las expectativas (son que él dimita) de la sociedad mexicana… y “no permitir que la sociedad encuentre desencanto, primero, en una democracia ausente (¿?) de mayores resultados; y más grave aún, en una democracia que eventualmente pueda dividir a la sociedad mexicana.”
La pregunta es ¿cómo puede la democracia, que no existe, dividir lo que está dividido? ¿Acaso Stalinas le habló de la nanología?
El remate fue cantinflesco, muy propio del muñeco: “…no se puede esperar más tiempo para alcanzar mejores condiciones de vida y elevar la calidad de existencia de los mexicanos.” Öóóórale.