jueves, abril 25, 2024

SENDERO POLÍTICO: PRD, la impericia de la codicia.

Por José Cruz Delgado

Una parte de la dirigencia nacional del sol azteca ha aprobado un documento denominado “Frente Amplio Democrático Gobierno de Coalición 2018” y se prevé que este texto sea validado por el Consejo Nacional de dicho partido en las próximas semanas, con lo que el mismo da un paso fundamental hacia una alianza electoral con Acción Nacional.
Y es que pese a que se diga que es un llamado amplio a todos los partidos y organizaciones a impedir la continuidad del PRI en Los Pinos, el propio documento da pie al acuerdo con el partido albiazul al descalificar lo que denomina tendencia electoral del “extremismo” y también la de la “continuidad”.
Esta posibilidad que ha abierto el aurinegro ha sido bien recibida por los aspirantes panistas a la sucesión presidencial de 2018 Margarita Zavala, Ricardo Anaya y Rafael Moreno Valle; no así por una fracción del PRD representada por las corrientes IDN que encabeza Dolores Padierna, así como por MIZ de Carlos Sotelo; incluso ADN, a través del senador Luis Sánchez, ha negado en este bloque opositor la posibilidad de ir con algún panista a la contienda del próximo año.
Dada la correlación de fuerzas entre PAN y PRD, es previsible que sea el primero quien intente llevar la voz cantante al interior de este bloque y pretenda imponer dentro del mismo a quien lo encabece. Esto podría tener implicaciones importantes en el sol azteca e incluso una fractura que lleve a que dentro del acuerdo se sostenga sólo la parte representada por Nueva Izquierda y la corriente denominada Iniciativa Galileos.
En contraparte, la probabilidad de que el bloque sea encabezado por un perredista es mínima ya que ni Silvano Aureoles, ni Miguel Ángel Mancera, Graco Ramírez o Juan Zepeda tienen la competitividad (al menos no hasta ahora en los estudios de opinión que se han hecho públicos), como para poder dar el golpe en la mesa y exigir que sea alguno de ellos quien le ponga punta a este esfuerzo.
La opción de un candidato sin filiación partidista  que ha dejado sobre la palestra tanto Diego Fernández de Ceballos como algunos liderazgos del PRD, resulta aun más improbable. En primera instancia porque se antoja imposible que algunos de los aspirantes tanto del PAN como del PRD retrocedan en sus aspiraciones (Margarita Zavala, por ejemplo, ha amenazado con ir como independiente si no es postulada por su partido). En segunda razón porque no hay a la vista algún perfil con esas características que despunte de forma interesante, salvo los que ya corren por la lógica de la participación sin registro de partidos políticos, como Armando Ríos Piter o Pedro Ferriz, y cuya estrategia difícilmente se podría vincular al llamado “Bloque Opositor”.
Las posibilidades de que cuaje la iniciativa del Frente Amplio Democrático son mínimas y tienen como enemigo fundamental la cuenta regresiva hacia el 2018. Los costos que podría traer sin embargo al interior del sol azteca podrían ser graves, si no se reconsidera la amplitud del llamado y la vacilación en la definición ideológica por parte del Comité Ejecutivo Nacional.
A Alejandra Barrales y a los llamados “Chuchos” al parecer les ha ganado la urgencia de llegar a acuerdos con otras fuerzas políticas antes de que su capacidad de convocatoria se vea diezmada en el PRD. Esta prisa sin embargo, conlleva una impericia que puede causar deterioros quizá irreversibles en el sol azteca.

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