domingo, diciembre 1, 2024

Sanciones Económicas de Occidente a Rusia: ¿Han funcionado?: SURA

CIUDAD DE MÉXICO.- Desde el inicio del conflicto armado en Ucrania, diversos países de Occidente como Estados Unidos, la Unión Europea, el Reino Unido, entre otros, han impuesto una serie de sanciones económicas sobre Rusia con el objetivo de cesar el ataque militar.

El congelamiento de activos, las restricciones de viaje a su población, la exclusión de los bancos rusos del sistema financiero internacional y de comunicación (SWIFT), los castigos sobre los miembros del gobierno y la élite económica, así como el veto a las importaciones de petróleo, gas y carbón son algunas de las principales sanciones.

A poco más de tres meses de que estalló esta guerra en Europa, la incógnita sigue siendo si estas sanciones han tenidos los efectos deseados. En este contexto, el equipo de Inversiones SURA hace un análisis de la situación actual del conflicto Ucrania-Rusia, la repercusión de las medidas tomadas por los países que buscan frenar el conflicto bélico y cuál es el impacto para América Latina.

Las sanciones a Rusia

Las sanciones económicas se definen como un castigo, tanto financiero como comercial, que sirven como una herramienta más de política exterior para disuadir las actitudes de países que violan las normas del derecho internacional. En tal sentido, si bien éstas son una forma de intervención en contra de una nación, generalmente se consideran un curso de acción de menor costo y riesgo entre la diplomacia y una eventual guerra. Las sanciones pueden ser integrales, como prohibir la actividad comercial con respecto a un país entero, o pueden perseguir objetivos específicos como, por ejemplo, la lucha contra el terrorismo o el narcotráfico.

En el caso de Rusia, la repercusión que estas medidas han tenido sobre las personas y entidades dentro del país es notoria; sin embargo, la eficacia general de las sanciones económicas impuestas con el objetivo de terminar las acciones bélicas dentro de Ucrania sigue siendo incierta, entre otras cosas porque es empíricamente difícil medirla.

Por un lado, los castigos y restricciones que actualmente pesan sobre Rusia son consideradas únicas en su tipo, alcance y velocidad, pues a solo días después del estallido militar, el rublo se desplomó a mínimos históricos y la economía rusa empezó a derrumbarse, hecho nunca visto en una potencia nuclear que, pese a no ser considerado un gigante económico, tiene un rol fundamental en el entorno geopolítico internacional.

Asimismo, empresas de gran envergadura de diversos sectores como Alphabet, Adidas, Apple, Coca-Cola, Deutsche Bank, FIFA, McDonald’s, Starbucks y otras, han suspendido sus operaciones en Rusia, generando efectos negativos sobre la economía del país y perjudicando a su población. Sin embargo, a pesar de este impacto, Rusia continúa con su ofensiva militar y lo único cierto es que aún se desconoce si estas medidas realmente ayudarán a Ucrania a salir de este conflicto.

Por el momento, el ejercito ucraniano ha logrado disminuir la velocidad de avance de las tropas rusas, quienes han centrado sus ataques al este del país. No obstante, la relación entre ambas naciones ha seguido deteriorándose pese a los esfuerzos diplomáticos de diálogo, pues la creación de un corredor terrestre entre Crimea, que se anexó en 2014 a Rusia, y las áreas de poder separatistas del Donbás, han sido clave para que las fuerzas rusas logren el control de toda la región sur de Ucrania, incluida la ciudad portuaria de Mariúpol, que ahora está principalmente bajo el control ruso.

El impacto en América Latina

El verdadero impacto de la guerra en Ucrania no es directo, pues se encuentra más relacionado con los efectos que generaría una eventual recesión global, junto a las presiones que se ejercen sobre los precios de las materias primas, especialmente el petróleo, los productos agrícolas y los metales, los cuales se han incrementado de manera sostenida, beneficiando a países como Brasil, México, Chile, Colombia y Perú. Sin embargo, el problema principal que enfrenta América Latina es la ola de inflación que ha acompañado las mayores cotizaciones sobre los productos mencionados, generando consigo un contagio entre los diferentes países de la región, quienes ya tenía una inflación elevada mucho antes del conflicto.

Asimismo, con el objetivo de controlar la escalada de los precios, los bancos centrales se verán presionados en acelerar el incremento de las tasas de interés, lo cual no solo encarecerá el costo del dinero, sino que también podría frenar el crecimiento económico de los países latinoamericanos, en caso de que el incremento de las tasas sea demasiado elevado.

En particular, el éxito o el fracaso de las sanciones impuestas sobre Rusia dependen de un sin número de diferentes variables, factores y circunstancias; sin embargo, un hecho que no se puede negar es que el grado de internacionalización que tenía el país con el resto del mundo previo a este conflicto ha disminuido notoriamente y ello no parece tener marcha atrás en el corto plazo.
AM.MX/fm

Artículos relacionados