jueves, abril 25, 2024

El régimen venezolano esconde las cifras de la inflación

CIUDAD DE MÉXICO, 14 de marzo (AlmomentoMX).-.-Debido a la aguda escasez que afecta al país y a las distorsiones creadas por la disparidad entre el tipo de cambio oficial y el dólar en el mercado negro, calcular la inflación en Venezuela puede ser algo difícil, en parte porque el régimen bolivariano esconde las cifras.

Pero la agencia de noticias Bloomberg ha creado una herramienta que permite tener una idea: el Indice del Café Con Leche Venezolano, cálculo que se une al más universal Índice del Big Mac, elaborado por la revista The Economist, dentro del rango de indicadores informales.

Y según el índice de Bloomberg, Venezuela deambula decididamente en el terreno de la hiperinflación, ya que el incremento del precio de una taza de café con leche servida en las panaderías del este de Caracas, durante las últimas 29 semanas hasta el 8 de marzo, equivalía a una tasa de inflación anualizada de 1,155 por ciento.

La agencia de noticias es la primera en admitir que el Indice del Café Con Leche no es tan sofisticado como un Índice de Precios al Consumidor (IPC), normalmente elaborado con base en una larga lista de productos.

Pero el indicador informal también tiene sus méritos, señala Bloomberg en su portal.

“Es tangible, actualizado con regularidad, y dado a que hace seguimiento de un producto consumido por los venezolanos todos los días, otorga una visión singular y detallada de la inflación en el país”, agrega la agencia.

La economía venezolana es actualmente vista por muchos como la más desequilibrada del planeta, plagada por las distorsiones creadas durante más de 15 años de políticas socialistas.

Muchos economistas actualmente se quejan de que los empresarios que aún producen en el país son obligados a vender por debajo de los costos de producción y que la disparidad entre los precios regulados y los del mercado negro a veces supera más del 1,000 por ciento.

Gran parte del problema en la tasa oficial que generaba el Banco Central residía en que muchos de los productos monitoreados para la elaboración del IPC escaseaban y los técnicos solían tomar el último dato registrado en sus cálculos.

Por otro lado, los técnicos no tomaban en cuenta las variaciones de precios en el mercado negro, que en medio de la grave crisis de escasez que sufre el país terminaba convirtiéndose en uno de los principales proveedores de productos de los venezolanos.

De todos modos, el Banco Central dejó de divulgar meses atrás su datos de inflación, en momentos en que la economía ingresaba en una espiral inflacionaria, lo que llevó a otros a comenzar a crear sus propias mediciones.

Entre éstos se encuentra la propia Asamblea Nacional, controlada por la oposición venezolana, que comenzó a llevar su propia medición y anunció en marzo una tasa de inflación anualizada de 741 por ciento.

Aunque esa cifra es muy inferior que el indicador de Bloomberg, el presidente de la Comisión de Finanzas del Parlamento, José Guerra, consideró que la tasa es muy alarmante.

Estos datos sugieren que está ocurriendo una “destrucción de la capacidad adquisitiva de los sueldos, salarios, pensiones y jubilaciones de los venezolanos”, dijo Guerra en un comunicado.

El concepto de utilizar el comportamiento en los precios de un producto para obtener una rápida e informal visión del estado general de una economía se popularizó con el desarrollo del índice del Big Mac.

Ese indicador compara los precios de la conocida hamburguesa de McDonald’s en sus monedas locales para medir la disparidad en el poder adquisitivo entre un país y otro.

El índice está basado en la teoría de la Paridad del Poder Adquisitivo (PPA), que sostiene el concepto de que “el dólar debe comprar la misma cantidad de bienes o servicios en todos los países”.

En el caso de Venezuela, la hamburguesa es vendida a un precio equivalente $5.25 por encima del $5.06 con que puede ser adquirida, en promedio, en Estados Unidos.

Ese cálculo, sin embargo, está basado en la tasa de cambio Simadi, de 701.58 bolívares por dólar, instrumento cambiario que es poco usado dado a que la mayoría de los oferentes prefieren vender sus divisas en el mucho más lucrativo mercado negro.

AM.MX/fm

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