Patricia Retana
EL ORO, ESTADO DE MÉXICO.- En El Oro, Estado de México, la regidora Susana Sánchez González dejó en claro que la transparencia no es prioridad para todos los servidores públicos. Al ser cuestionada por un reportero local sobre adeudos salariales en el municipio, respondió con desparpajo: “Yo solo a puro medio de Morena voy a dar”. El momento, captado en video, encendió las críticas y abrió un debate incómodo: ¿desde cuándo un funcionario puede decidir a qué prensa rendirle cuentas?
La regidora no solo evadió responder, también amenazó con denunciar a los periodistas por grabarla sin su consentimiento. Ignoró que, por ley, su calidad de servidora pública la obliga a rendir cuentas y la hace sujeto de escrutinio, sin necesidad de pedirle permiso para registrarla en actos públicos.
El golpe no es menor. México ocupa el lugar 121 de 180 países en el Índice Mundial de Libertad de Prensa 2024 de Reporteros Sin Fronteras, con un historial marcado por censura, hostigamiento y violencia contra periodistas. En este contexto, declaraciones como la de Sánchez González parecen más que un desliz: son la confirmación de una cultura política que pretende controlar la narrativa desde el poder y reducir al periodismo a vocería partidista.
La respuesta ciudadana en redes no tardó: recordaron que la regidora representa a todo el pueblo, no a un partido. Pero su frase ya quedó como un retrato del desprecio a la libertad de prensa y del riesgo de que funcionarios públicos intenten blindarse bajo la bandera de un partido para negar la pluralidad y esconder la rendición de cuentas.
La pregunta que arde es simple: ¿quién le recuerda a esta funcionaria que la silla que ocupa no es de Morena, sino del pueblo?
AM.MX/fm