viernes, abril 19, 2024

RAFAGA: PRD Y PAN, internacionalizan sus derrotas

favorecen. Quien hizo escuela y enseñó el caminito, ahora permanece muy quietecito y en silencio porque quiere ganarse el premio mayor en el 2018, después de sufrir una derrota más, significativa e importante.

Lo trascendente de las acciones emprendidas por el queretano Ricardo Anaya Cortés y la defeña Alejandra Barrales Magdaleno, es que desconocen a las autoridades administrativas y judiciales que conocen de los asuntos electorales. No mandaron al diablo a las instituciones, pero, todavía más delicado, el hecho de acudir a la Organización de Estados Americanos, la OEA, es internacionalizar un problema que incumbe única y estrictamente a los votantes.

Está claro que en Coahuila el priismo tiene una de sus más grandes manchas. Durante doce años la corrupción gubernamental cobró carta de naturalización. Los hermanos Humberto y Rubén Moreira Valdés mantuvieron su poder político; el primero le cedió la gubernatura a su hermano, con la complacencia del Presidente Enrique Peña Nieto, dejando una deuda de más de 36 mil millones de pesos y una cauda de negocios ilícitos. El segundo, Rubén, no cantó mal las rancheras e impuso a Miguel Riquelme. También el interino, Jorge Torres López, está en la picota de la justicia.

Bueno, pero la estructura nacional priista “trabajó” en Coahuila, siguiendo las viejas mañas. Riquelme, que no goza de buena fama, resultó vencedor la noche del domingo 4 de junio y lo ratificaron las autoridades electorales al declararlo Gobernador Electo. Ese mismo día Guillermo Anaya Llamas, candidato panista, se declaró ganador. Los priistas, por su parte, también cantaban victoria. Por espacio de tres días se desató la guerra verbal entre Ricardo Anaya Cortés y Enrique Ochoa Reza, defendiendo sus puntos de vista y finalmente el PRI aseguró que el gobierno de Coahuila no será de alternancia, como no lo es desde 1929.

Ahora bien, el presunto candidato presidencial Anaya Cortés no aceptó el fallo oficial y a pesar de recurrir al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, pasando por alto al Instituto Nacional Electoral, consideró que lo más sano era ir a la OEA –reunida en Cancún, Quintana Roo—para pedir al secretario general de ese organismo, que nombre una comisión observadora que desde el próximo septiembre y hasta el día de las elecciones presidenciales del 2018, para que no salgan a relucir las prácticas antidemocráticas “como las que ocurrieron en Coahuila”.

De plano el aspirante a ser Presidente de México, está procediendo equivocadamente y si llega a ser candidato perdedor, ya lo estaríamos viendo en la tribuna de la Organización de Naciones Unidas. Anaya Cortés acaba de cumplir 38 años de edad, pero su inmadurez política es inobjetable; a la presidencia del partido llegó primero por designación de Gustavo Madero y luego porque le ganó al actual gobernador de Chihuahua, Javier Corral Jurado. Hace valer que el PAN ha ganado, gracias a él, más gubernaturas que nadie. También se significa porque es el que más división interna ha creado entre los blanquiazules.

DESBARRA ALEJANDRA BARRALES

No puede negarse que María Alejandra Barrales Magdaleno, apreciada y conocida como Alejandra Barrales, se ha esforzado por mantener vivo al Partido de la Revolución Democrática. La estudiosa abogada, exalumna del ITAM y del INAP (Instituto Nacional de Administración Pública). El 16 de julio próximo cumplirá un año en la dirigencia nacional y el 17 festejará sus primeros 50 años de fructífera vida. Además de ser reconocida como una lideresa de las Sobrecargos de Aviación, la actual senadora buscará ser candidata a la gubernatura de la Ciudad de México. Alejandra es la tercera mujer que comanda las filas del perredismo: le antecedieron Amalia Dolores García Medina y María del Rosario Robles Berlanga.

Pues bien, la defeña mal aconsejada primero nos sorprendió con su declaración de que para el 2018 el PRD (“el perderé”, lo llama el jalisciense Héctor Basulto Mancilla) haría alianza con el PAN en cuanto al candidato presidencial. Pudiera ser, porque hoy en día, en la política mexicana ya no hay “izquierda” ni “derecha”, solo intereses de figurar en las nóminas oficiales. Luego, en esta semana, aparece visitando al secretario general de la OEA para quejarse fraude electoral en el Estado de México.

He comentado que el real triunfador de las elecciones en el Estado de México, para gobernador, fue Juan Manuel Hernández Zepeda, tardío candidato del PRD. Partió de bajo cero y en el curso de la campaña que culminó el 4 de junio, el oriundo de Ciudad Netzahualcóyotl alcanzó un honroso tercer lugar. Tres veces rechazó la solicitud, la petición y la orden de Andrés Manuel López Obrador para que declinara a favor de la profesora Delfina Gómez Álvarez. Juan Zepeda le dio mucho oxígeno a su partido y no supimos que él alegara fraude electoral.

Alejandra, repito mal aconsejada por Anaya Cortés, fue a pedirle a Luis Almagro, dirigente de la OEA, que “ponga atención a los comicios presidenciales de México, porque existe el riesgo de que se conviertan en una elección de Estado”.  La atractiva aeromoza, con amplia experiencia en la política, cayó en la chamacada de Anaya, al pedir que la OEA vigile “todo el proceso de 2018” o sea que el INE sirve para lo mismo que La Carabina de Ambrosio.

Por lo pronto Luis Almagro ya hizo suyos los planteamientos panistas y perredistas, advirtiendo que habrá que esperar el fallo del Tribunal Electoral Federal del Poder Judicial de la Federación. En principio aceptó que serán observadores del proceso electoral de 2018, lo cual deberá tratarse con la cancillería mexicana.

PREGUNTA PARA MEDITAR:

¿Los dirigentes del Revolucionario Institucional y el Secretario de Gobernación, éste a través de Relaciones Exteriores, aportarán su versión sobre la legitimidad de los procesos electorales?

jherrerav@live.com.mx

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