JORGE HERRERA VALENZUELA
En los gabinetes presidenciales de la docena de gobiernos civiles, es decir desde el sexenio del veracruzano Miguel Alemán Valdés hasta el del atlacomulquense Enrique Peña Nieto, predomina la presencia de los hombres. En el transcurso de los últimos treinta y siete años, han figurado 23 mujeres en seis, de siete, gabinetes sexenales; la excepción fue en el gobierno de Miguel de la Madrid que no nombró a ninguna mujer, aunque propuso a cinco Ministras de la Suprema Corte de Justicia y designó a la primera procuradora de justicia en la Capital del País.
Pues bien, la semana pasada comenté en torno a las siete mexicanas que en los últimos 38 años se desempeñaron como gobernadoras, incluyendo a Claudia Artemisa Pavlovich Arellano, quien está en funciones en Sonora. De ello la abogada Rosa María Rodríguez Villegas escribió: “Es muy loable el que las mujeres aspiremos a ocupar puestos públicos, cuando se acredita tener la capacidad y conocimientos para ello” y es categórica al afirmar que “la misoginia no se ha desterrado”.
La abogada Rodríguez Villegas añadió que “seguimos luchando por la igualdad de género en todas las actividades, en todos los estratos, en todas las profesiones”, pero “lo más triste es que entre nosotras mismas, no encontremos apoyo, sino rivalidad, al aspirar a cargos relevantes”. Se pronuncia la distinguida universitaria porque estén al frente de las secretarías, especialistas en las tareas específicas: médicos en el sector (no los hay en el ISSSTE, ni en la dirección del IMSS), en Obras Públicas, en Comunicaciones y Transportes se requieren ingenieros, arquitectos y urbanistas, así como en mecánica de suelos. En esas profesiones hay mujeres preparadas, pero no tienen acceso a la titularidad de las respectivas dependencias. Urgen ingenieros agrónomos en el campo, no en la política, para darle vida al desarrollo rural, lo mismo que se necesita para aprovechar la riqueza alimenticia que nos da el mar.
México necesita, en estos momentos, funcionarios honestos, capacitados, no más cumplimiento a compromisos partidistas, nombramientos por compadrazgos, indica en otro párrafo de su opinión la licenciada Rosa María y concluye demandando se castigue a los “que han hundido al país con vergonzosos saqueos, no cambiando a los procuradores y cerrando las carpetas de investigación”. “Ya no creemos en los partidos políticos. Sería bueno que un candidato o candidata independiente formara una planilla con colaboradores honestos”.
Trizia Esther Herrera Navas, graduada en Ciencia Política en el ITAM, me envió su comentario: “No buscamos equidad, sino igualdad entre hombres y mujeres en todos los ámbitos. De hecho en el Poder Legislativo le cambiaron el nombre a las comisiones de ser “equidad de género” a “igualdad de género”. Y agrega que “El movimiento feminista, en la ola actual, busca un suelo parejo, es decir de igualdad, no de equidad, que se refiere más a un término ético, en la justicia y el derecho (incluyendo acciones afirmativas o “cuotas”), que debe ser transitorio para que hombres y mujeres partamos del mismo piso”.
LA MUJER, SECRETARIA DE DESPACHO
La demanda de igualdad de derechos, para las mujeres, de la joven duranguense Hermila Galindo Acosta, al asaltar la tribuna del Congreso Constituyente de Querétaro, empezó a fructificar cuando el presidente Miguel Alemán otorgó el voto municipal a las mujeres, después don Adolfo Ruiz Cortines en 1953 lo hizo de rango federal y al año siguiente fue electa la primera diputada federal, la nayarita Aurora Jiménez de Palacios. El presidente Adolfo López Mateos incluyó en su gabinete a doña Amalia González Caballero de Castillo Ledón, como subsecretaria de Educación Pública, la primera mujer en recibir la distinción.
Pues bien, el 13 de mayo de 1980, el presidente José López Portillo nombró a la universitaria Rosa Luz Alegría Escamilla como secretaria de Turismo. La dirigente estudiantil en el Movimiento de 1968, entró a la historia como la primera secretaria de Despacho. En el sexenio pasado se auguraba cierta igualdad en favor de la mujer, pues el presidente Felipe Calderón incluyó en su gabinete, a ¡siete mujeres!
El michoacano propuso a la abogada Marisela Morales Ibáñez como Procuradora General de la República, la primera mujer en ese cargo. En Relaciones Exteriores, a la diplomática Patricia Espinoza Cantellano. La poblana Josefina Eugenia Vázquez Mota, en la SEP (después coordinadora de la diputación federal y candidata presidencial); Georgina Yamilet Kessel Martínez, en la secretaría de Energía y a Rosalina Vélez Juárez le tocó cerrar en Trabajo y Previsión Social. Gloria Guevara Manzo, estuvo en Turismo, mientras que María Beatriz Zavala Peniche, en Sedesol.
En el último sexenio del siglo pasado, con Ernesto Zedillo, figuraron en el gabinete: María del Rosario Green Macías, en Relaciones Exteriores Silvia Hernández Enríquez, en Turismo; Norma Samaniego de Villarreal, en la Contraloría; y Julia Carabias Lillo, en Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca. El siempre vigente Carlos Salinas de Gortari en su primer equipo incluyó a María de los Ángeles Moreno Uriegas y a María Elena Vázquez Nava, en Pesca y la Contraloría, respectivamente.
El primer panista Presidente de México, Vicente Fox, tuvo como colaboradoras a Josefina Eugenia Vázquez Mota y a Ana Teresa Aranda Orozco, en Sedesol; a la abogada María Tersa Tello Herrera primero en Reforma Agraria y después como Consejera Jurídica. Leticia Navarro Ochoa fue secretaria de Turismo. Cierro este comentario, con las actuales Secretarias de Despacho, nombradas por el presidente Enrique Peña Nieto: Claudia Ruiz Massieu Salinas, primero en Turismo, después en Relaciones Exteriores y finalmente secretaria del PRI nacional; la senadora con licencia Arely Gómez González fue titular de la PGR y hoy despacha en la secretaría de la Función Pública; María del Rosario Robles Berlanga, comenzó en Sedesol y hoy está en la de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano. Mercedes Juan López estuvo en Salud y la de más reciente ingreso, es María Cristina García Cepeda, en Cultura.
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