CIUDAD DE MÉXICO.- La semana pasada, la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (CANIEM), organismo que agrupa a más de 220 empresas dedicadas a la elaboración, edición, producción y distribución de libros y revistas en el país, solicitó la protección de la justicia federal mediante el amparo en contra de los actos de las autoridades de la Secretaría de Educación Pública que impidieron, de forma arbitraria y contraria a la Constitución y a la Ley General de Educación, que los editores sigan participando en la elaboración de los Libros de Texto Gratuitos (LTG) para el nivel de secundaria, en perjuicio de millones de estudiantes mexicanos y docentes. El reclamo fue admitido por la Juez Decimoséptima Administrativa en la Ciudad de México.
La demanda de amparo, presentada por acuerdo unánime del Consejo Directivo de la CANIEM a través de su representante legal, está fundada, en los hechos, contra los acuerdos publicados el pasado 15 de agosto por la Secretaría de Educación Pública (06/08/23), que cancela los lineamientos para la selección, adquisición y distribución de libros de texto gratuitos del nivel secundaria, publicado en el DOF el 12 de marzo de 2021, firmado por la entonces secretaria de Educación Pública, Delfina Gómez Álvarez.
Hasta el pasado ciclo, la autoridad aprobaba de forma transparente y con criterios técnico-pedagógicos, de acuerdo con el programa y los lineamientos publicados por la propia Secretaría, las propuestas de libros de las editoriales para que los maestros seleccionaran libremente los idóneos de acuerdo con su experiencia en el aula y la diversidad de condiciones del país; al final, decenas de casas editoriales suplían a ese universo de maestros y alumnos.
Esta cancelación tiene como efecto que las casas editoriales interesadas en participar con propuestas educativas para los alumnos a nivel secundaria ya no podrán elaborar proyectos de LTG para someterlos a aprobación de la SEP.
Conforme a este programa, los libros revisados y aprobados por la SEP se daban a conocer a los maestros mediante una plataforma de la CONALITEG, para que los mismos docentes seleccionaran los libros que consideraran más adecuados para impartir sus clases, teniendo en cuenta su propia formación y las características de sus alumnos. Este modelo de reconocimiento de la pluralidad servía al mayor logro de los fines de la educación.
Con la cancelación de este programa, la Secretaría de Educación Pública impone un sistema de libros de texto únicos que la propia SEP elabora. En el actual ciclo escolar existe un único libro para cada campo formativo (o materia). Esta drástica reducción de la oferta de materiales educativos para los alumnos mexicanos de secundaria proscribe la libertad de acceso a los docentes de secundaria a otros libros en este nivel educativo.
Estos actos afectan a la CANIEM y a sus agremiados en virtud de que eliminan su derecho a participar en un proceso plural que se mantuvo exitoso por 25 años y aseguraba la competencia y la obtención de los mejores materiales educativos. También afectan a la industria editorial en general y a sus miles de especialistas, en la medida que les impide colaborar con la comunidad educativa para seguir impulsando el desarrollo de la educación en México. Pero, sobre todo, afectan a la niñez mexicana y a los maestros: sus posibilidades de aprendizaje se verán menguadas por la existencia de un libro único, en lugar de la amplia diversidad a la que tenían acceso con anterioridad.
Por estas razones, en su amparo la CANIEM apela al interés superior de la niñez, dado que, con un libro único, será más difícil que los estudiantes de secundaria reciban una educación de excelencia, pues no se toman en cuenta las diversas capacidades, circunstancias y necesidades de los educandos, ni se reconoce a los maestros como agentes fundamentales del proceso educativo.
El programa que se estableció en 1997, y que ahora se elimina, determinaba procesos claros en la elaboración, selección y distribución de libros de texto entre la Secretaría de Educación Pública, los maestros y los particulares, que permitía garantizar la calidad y gratuidad de estos materiales educativos a nivel secundaria.
Esto implicó un gran avance a nivel educativo, ya que, a la vez que se garantizaban los derechos de los editores a participar activamente en los asuntos públicos del país, estos competían en precio y calidad para poner a disposición de los educadores y educandos material bibliográfico de la más alta calidad y a precios más competitivos, abordando los contenidos establecidos por la SEP y garantizando la gratuidad de dichos materiales educativos, su calidad y diversidad.
Esta colaboración entre los agremiados de la CANIEM y las autoridades educativas permitió fomentar la pluralidad de ideas y el acceso a información diversa para los estudiantes, en línea con el derecho a la libertad de expresión.
De obtenerse el amparo de la justicia federal, la CANIEM y sus agremiados, volvería a tener vigencia el programa con el que la industria editorial ha podido ofrecer una diversidad de libros para secundaria, ahora ajustados al nuevo plan y programa de estudios de la Nueva Escuela Mexicana, en beneficio de la educación en el país.
La CANIEM representa a más de 220 casas editoriales, empresas mexicanas, constituidas legalmente en nuestro país, independientemente de dónde sea su casa matriz. Todas estas casas editoriales trabajamos en México y para México, y empleamos a miles de mexicanos, con el compromiso y la responsabilidad de defender la libertad de expresión y de publicación, fomentar el derecho de autor y promover la lectura para impulsar la realización del individuo y la comunidad nacional.
La industria editorial mexicana es reconocida a nivel nacional e internacional por su rigor pedagógico y científico, así como por la constante actualización de los contenidos y por la alta calidad gráfica de los productos.
Sólo en el programa de libros de texto de secundaria, las empresas participantes generan empleo para más de seis mil especialistas que incluyen a autores, editores, investigadores, ilustradores, iconógrafos, fotógrafos, correctores y diseñadores.
AM.MX/fm