Por: Daniel Molina
Ahora empezó el camino a la “Nueva Normalidad”, de frente a la pandemia. En las últimas semanas se ha visto que los contagios y decesos han aumentado por el virus COVID-19. Sin embargo, en las conferencias diarias, del subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell ha informando que el semáforo federal solo es un indicador y que cada estado y Ciudad de México tienen atribuciones para tomar sus propias decisiones con respecto a la apertura para las actividades. Así, que pasamos de un rojo en todo el país a un, rojo-anaranjado para esta semana.
Con nuevos colores en el semáforo epidemiológico, la Ciudad de México el día de hoy inicia un regreso paulatino a la “nueva normalidad”, en su primera fase.
Al parecer, uno de los principales retos en este regreso de actividades en la capital de nuestro país, se encuentra en el transporte público. No se requiere ser un experto, para darse cuenta que intentar mantener la “sana distancia”, en el metrobus, peseros y que se diga en el metro, es un verdadero reto o, casi imposible.
Pero la economía no se detiene y, la combinación transporte y comercio informal es sustento importante para la generación de ingreso a miles de habitantes de la ciudad de México. Solo por mencionar un dato, en las inmediaciones del metro Pino Suárez, en un polígono de no más de 10 kilómetros, existen cerca de dos mil puestos ambulantes de comida como: atoles, tamales, tacos, sopes, entre otros productos; esto multiplicado por treinta clientes nos da un movimiento de sesenta mil clientes diarios. Ahora, cierren sus cuentas para cuantificar el flujo diario de esta economía; además, esto solo es el turno matutino. ¡Sí! también hay turno vespertino de ambulantaje y, también genera diariamente millones de pesos.
Entonces el reto del “no contagio” esta por comenzar en la Ciudad de México.
Seguimos con los programas isignia.
Los temas en los programas y proyectos del gobierno federal se están juntando. Tenemos los proyectos insignia como la refinería Dos Bocas y el Tren Maya.
Pero aquí cabría destacar, uno programa en particular que va de la mano de los dos mencionados anteriormente. “Sembrando vida”, este programa donde el presidente Andrés Manuel López Obrador, ya presumió que es único en el mundo. Ahora, pasemos a entender el por qué de la importancia de la mano de los proyectos de la refinería y el tren del sureste.
Uno de los principales problemas mundiales es el sustento ecológico y la contaminación. El operar una refinería en nuestro país, aportaría una gran cantidad de contaminantes y la discusión en la construcción del Tren Maya, se centró en romper equilibrios ecológicos en la zona. De ahí la importancia de la reforestación nacional, no por el solo hecho de tener y recuperar más árboles, sino de buscar ese equilibro con el desarrollo y, suponemos que el cálculo se dará con aproximadamente la siembra de un millón de árboles.
Ahora, a esto también se le atraviesa el tema de las energías limpias, como las eólicas y solares. En reciente decreto emitido por la titular de la SENER, se frena la participación a capitales extranjeros y se busca regresar fortaleza a la CFE, para proyectos de conexiones energéticas de alto calibre. Al día de hoy, con amparos legales se comienza una batalla, la cual el ejecutivo federal ya declaró estar dispuesto a defender.
Aquí también la Ciudad de México, buscará aportar su parte en la ecología. Siendo una de las ciudades con mayor potencial para aportar energía solar, se trabaja en el programa “Ciudad Solar”, que es dotar a varios edificios públicos de sistemas de paneles, pero así mismo, capacitar a técnicos en la transformación de pequeños negocios en estos sistemas de energía limpia.
Ahora, el reto es vencer a la pandemia y no dejar que los proyectos positivos queden en el camino. Ojalá “Ciudad Solar” se concrete y, la Ciudad de México sea un contrapeso a la generación de contaminantes en todo el país.
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