Por Pedro Camacho
Con gran displicencia, redactores y comentaristas, sobre todo los especializados en asuntos económicos, suelen referirse a los resultados que se obtuvieron en diversos renglones “en los primeros ocho (o nueve, 10 e incluso 11) meses del año”. Expresarse así es inapropiado, porque permite suponer que hay unos segundos ocho, nueve, 10 u 11 meses cada año. Lo adecuado es referirse a esos lapsos con frases como “de enero a agosto”, a septiembre, a octubre o a noviembre.