Por Pedro Camacho
Es frecuente la confusión entre temperamento y carácter, e incluso hay quienes piensan que se trata de sinónimos. Sin embargo, de acuerdo con los sicólogos, el temperamento de una persona es esa forma de ser que lo lleva a tener como básica una conducta activa o pasiva, apasionada o indiferente, y es imposible cambiarlo. El carácter, en cambio, es educable y tiene como función, precisamente, controlar el temperamento. Todo ello significa que cuando alguien se comporta de una manera grosera, violenta o poco delicada, es un error decir que tiene un carácter muy fuerte. Por el contrario, esa persona tiene un carácter muy débil, porque no es capaz de usarlo para controlar su temperamento explosivo.