Por Pedro Camacho
Jurar significa decir la verdad poniendo por testigo a Dios o a una persona, comprometerse con solemnidad a no mentir, mientras que perjurar consiste en violar un juramento. Por eso, se equivoca quien piensa que cuando “jura y perjura” refuerza el juramento. De hecho, lo que hace quien jura y perjura es, habiendo jurado, traicionar esa promesa, ese compromiso solemne que estableció al jurar. De manera absurda, la RAE ya admite también, como acepción de perjurar, reforzar un juramento.