Sara Lovera
SemMéxico, Ciudad de México, 14 de enero, 2025.- Sin altisonancias, tranquila, sonriendo, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo llamó cobarde al expresidente de la República Ernesto Zedillo Ponce de León, quien el 10 de enero dijo que el poder presidencial “… el poder real e inmenso lo ejerce un caudillo instalado, oculto, en la oficina anexa de la Presidencia».
Plantada en el Zócalo capitalino, ella dijo “… quienes piensan que las mujeres no tenemos iniciativa propia, que por nosotras piensan otros, a quienes afirman que las mujeres no gobernamos, porque no tenemos capacidad o inteligencia, a quienes creen que presidenta se escribe con e, a los que con cobardía no pueden reconocer que las mujeres somos personas.., a esos que no han entendido que las mujeres podemos..”
La presidenta toma decisiones. Decidió aceptar tomar el timón del país y concientemente da continuidad a un proyecto en el que cree. ¿Por qué les sorprende? preguntó.
Interesante su discurso, aunque es muy pronto para saber qué efectos tendrá en la conciencia colectiva. Dice “México está cambiando, es tiempo de transformaciones, es tiempo de mujeres”, repite una y otra vez su slogan.
Michel Foucault y la ciencia política han demostrado que el discurso es una forma de pensar que se expresa a través del lenguaje y tiene una gran influencia en la comunidad. Me temo podría sacar de sus casillas a todos los patriarcas de México o favorecer demandas colectivas crecientes.
La cuestión no es banal. Verdad que sus dichos indican que las mujeres hablan distinto a los hombres y resulta interesante, altera la costumbre, tal vez por eso se oculta. Ahora mismo para nadie fue noticia, cabeza o destacado.
Dichos, cierto, que no significan un cambio gubernamental. Por el contrario, fiel a su maestro, la presidenta anunció que seguirá la austeridad y que su principal objetivo es invertir todo el dinero posible en las “ayudas” a “los y las pobres”.
Tampoco busca recuperar “la democracia”, en cambio es una provocación al machismo. No oculta ser quien da continuidad al proyecto que AMLO sembró en la cuarta transformación. Insisto, el discurso no es inocuo.
Como ella, a muchas nos gustaría que fuera cierto que: “ La discriminación, el racismo, el clasismo y el machismo” fueran vestigios del pasado, cuando en realidad aumenta la violencia familiar, las desapariciones de niñas y mujeres, hay dificultades para ejercer el derecho al aborto y se mantienen los ambientes laborales discriminatorios y violentos.
Sabe lo que hace y piensa electoralmente, avalando convertir a la 4T en la única opción política. Anunció para 2025 la creación de guarderías, las que perdimos hace seis años. Pone primero a Ciudad Juárez, Chihuahua, dijo, porque ahí se tiene una especial deuda histórica con las mujeres, buscando recuperar esa plaza que ya está en lucha electoral.
Ahora resulta que habrá Centros de Educación y Cuidado Infantil para que las mujeres trabajadoras, las de la maquila, puedan dejar a sus hijas e hijos en un espacio gratuito educativo y de cuidados, en una entidad gobernada por Acción Nacional.
En esa línea hay nuevos proyectos, como los apoyos a mujeres de 60 a 64. Su discurso dice que por primera vez se reconocerá el trabajo femenino no remunerado, pero no tiene un programa de reivindicación para las mexicanas. Está archivado el Sistema Nacional de Cuidados.
Los enfoques informativos y la comentocracia siguen sin ver ni oír. Se ocupan, eso sí, de lamentar la falta de virilidad de la primera mandataria y se duelen de que, según ellos, sólo obedece al ex presidente Andrés Manuel López Obrador. Veremos.
Periodista. Editora de Género en la OEM y directora del portal informativo http://www//semmexico.mx