Pablo Cabañas Díaz.
En su 20 aniversario, Zona Maco , fundada por Zélika García, ha sido un proyecto exitoso, que en 2004 llegó a 137 expositores. En Zona Maco, me llamó la atención encontrar varias obras de Mathias Goeritz. (1915 -1990) un artista alemán que llegó a México en los años 50 del siglo pasado. Goeritz tuvo relación con pintores como Marc Chagall y Pablo Picasso. Acerca de cómo llegó a México, la crítica Ida Rodríguez Prampolini (1925-1917), en París, Nacho Díaz Morales, me dijo que había ido a buscar un maestro porque quería fundar la Escuela de Arquitectura de Guadalajara, y buscaba una persona que supiera historia del arte, le dijé: “pues aquí está la persona ideal. Además tiene un doctorado. Se trata de un alemán refugiado en España”. Le presenté a Mathias; se cayeron muy bien, y lo contrató. En compañía de su esposa Marianne Gast se embarcó hacia México, arribando por Veracruz, y en octubre de 1949 llegó a Guadalajara.
Al principio de la década de los año 50 impartió la cátedra de Historia del Arte en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Guadalajara, simultáneamente a su labor magisterial, desplegó toda su enérgica actividad artística: la pintura, el diseño gráfico, la escultura y la impartición de conferencias, entre ellas la que tituló “Sobre la libertad de creación”. Así diseñó un folleto homenaje a José Clemente Orozco, dedicándole una escultura que fue muy atacada por ser irreverente y que fue retirada de la Rectoría de la Universidad de Guadalajara, con gran disgusto del rector Jorge Matute Remus, a quién finalmente se la obsequió. Ante las envidias y suspicacias que suscitaba su obra entre los artistas de Jalisco y para ampliar sus horizontes, en 1953 dejó Guadalajara. Se estableció en la Ciudad de México e ingresó como profesor en la UNAM y en la Univesidad Iberoamericana.
David Alfaro Siqueiros como Diego Rivera, celosos del prestigioso que Goeritz iba adquiriendo como artista y maestro, así como de su amistad con Rufino Tamayo, empezaron a menospreciar públicamente la obra del artista extranjero. En una carta que publicaron acusaron a Goeritz de ser “un simple simulador, carente en absoluto del más mínimo talento y preparación para el ejercicio del arte del que se presenta como profesional.” Se le catalogó de “cosmopolita”, “decadente” y “agente del imperialismo”, incluso fue difamado como “nazi”. Con respecto a su actividad docente, le reprocharon “llevar a la juventud del país por caminos equivocados y peligrosos.”
Rivera fue aún más allá y exigió públicamente que Mathias fuera deportado, pues la edificación de El Eco deformaba al país. Cuando los muralistas se enteraron de que existía la posibilidad de que Mathias fuera nombrado museógrafo de la UNAM -lo que le hubiera permitido ejercer una gran influencia en la política cultural- dirigieron una carta pública al rector Nabor Carrillo, en la que afirmaban que dicho nombramiento sería “una vergüenza nacional.”Ante la presión de los muralistas, el puesto no le fue concedido. “El Sr. Mathis Goeritz no ha sido nombrado para nada en la universidad sólo tuvo un encargo perentorio,” fue la respuesta oficial. Su obra más conocida por el gran público son las Torres de Ciudad Satélite esta obra nació como un experimento, una conjunción inseparable entre arquitectura y escultura, junto a Luis Barragán, Goeritz trabajó en este proyecto con unos enormes volúmenes ciegos, es sin duda, un ejercicio estético del paisaje contemplado en movimiento desde la carretera.