viernes, octubre 4, 2024

OTRAS INQUISICIONES: Xóchitl: la esperanza del PRI

Pablo Cabañas Díaz.
Por primera vez en la historia, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) dio a conocer que Xóchitl Gálvez será su candidata a la presidencia de la República. Gálvez  tomó la responsabilidad de  ser la candidata del PRI, al asumir el cargo de “Coordinadora” del Frente Amplio por México. La imagen del dirigente nacional del PRI, Alejandro “Alito” Moreno, bajando a Beatriz Paredes de la carrera presidencial, en ausencia de ella, marcó el final un proceso que había sido anunciado como inédito y democrático. Este hecho muestra como en México, los  factores reales de poder, siguen tomando sus decisiones al margen de la ciudadania.
En este sexenio el PRI perdió siete gubernaturas: Sonora, Sinaloa, Zacatecas, San Luis Potosí, Tlaxcala, Colima, Campeche, Hidalgo, Oaxaca y el Estado de México, Coahuila, le queda como su último bastión. Si la pérdida de votos no fuera suficiente, la dirigencia de Alejandro Moreno ha tenido que enfrentar las renuncias del ex gobernador de Hidalgo,  Omar Fayad, de la bancada priista en el Congreso de Hidalgo,  también de la de Miguel Ángel Osorio Chong, Claudia Ruiz Massieu, Nuvia Mayorga y Eruviel Ávila. El PRI llegará a las elecciones presidenciales del 2024, buscando su sobrevivencia de la mano del Frente Amplio.Pero Gálvez no es el gran fenómeno, pues la declinación de Santiago Creel, primero, y las presiones para  la salida de Beatriz Paredes, la exclusión de Miguel Ángel Mancera y Jorge Luis Preciado expresan  que el objetivo de los promotores de Xóchitl fue que no tuviera que enfrentarse con ellos en las urnas, durante la famosa consulta abierta a la ciudadanía porque, evidentemente, había el riesgo de que su “triunfo” fuera cuestionado. La solución fue simple: cancelar ese ejercicio. En los foros en los que solo había dos mujeres, Beatriz Paredes manifestó experiencia y capacidad retórica, el llamado “fenómeno Xóchitl” mostró carencias y debilidades. Gálvez ha hecho de la autoproclamación un instrumento para develar lo que los otros y otras no ven. Cuando menciona:“soy carismática, en serio”, se refiere  de manera exagerada a ella misma. La “cargada” mediática le permite sostenerse con  frases ingeniosas, recurrentes y buscando enfrentamientos con el presidente Andrés Manuel López Obrador. Pero esto no basta para ser competitiva en una campaña electoral que, en los hechos, durará un año.

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