Pablo Cabañas Díaz.
La tos ferina, es una infección bacteriana altamente contagiosa que ha tenido un importante impacto en la salud pública a lo largo de la historia. En México, su historia se entrelaza con el desarrollo de la medicina y la vacunación. La tos ferina es causada por la bacteria bordetella pertussis. A lo largo de los años, la enfermedad ha sido responsable de un número significativo de muertes, particularmente entre las personas lactantes.
La tos ferina sigue siendo un problema de salud pública, los datos muestran a no es solo de cobertura en la vacunación, sino también de desigualdad en el acceso y de comunicación pública. Los expertos han señalado que este aumento se debe a varios factores, incluidas la disminución de la inmunidad en la población, la falta de cobertura de vacunación en los grupos de mayor riesgo y la identificación de variantes del virus.
En México, durante las décadas de 1940 y 1950, la tos ferina presentó altos índices de morbilidad y mortalidad. Un punto crucial en la historia de la tos ferina en México fue el desarrollo de la vacuna DTP, que combinaba la protección contra la difteria, el tétano y la tos ferina. Esta vacuna comenzó a ser incorporada en el esquema nacional de vacunacibn en 1974. La implementación de esta campaña fue un cambio transformador en la salud pública, que resultó en una disminución significativa de casos y muertes por tos ferina.
El seguimiento de la tos ferina, revela también la importancia de las políticas de salud pública y la conciencia social. En los años 80, a pesar de la disponibilidad de la vacuna, se produjo un aumento en los casos de tos ferina. Este fenómeno se relaciona con la disminución en las tasas de vacunación debido a la desconfianza en las vacunas y la falta de educación sobre la importancia de la inmunización. Esto dio lugar a un movimiento creciente para fortalecer las campañas de vacunación y garantizar que la población estuviese protegida.
En este año 2025, la Secretaría de Salud reportó, que al 12 de abril, habían fallecido 45 menores de un año de edad a causa de tos ferina y 749 casos fueron confirmados. De acuerdo con el informe de la situación epidemiológica de “Enfermedades Prevenibles por Vacunación en México”, del 1 de enero al 12 de abril, se han registrado 45 defunciones por tos ferina; “todas corresponden a casos en menores de 1 año de edad sin antecedente de vacunación, el 91% corresponden a menores de 6 meses” y, el 57.8% se presentó en mujeres.
Las entidades con mayor número de menores fallecidos por esta enfermedad son Jalisco, Ciudad de México, Chihuahua y Chipas. Con el fin de prevenir esta enfermedad, el Centro Nacional para la Salud de Infancia y la Adolescencia (CeNSIA) refiere la necesidad de aplicar la vacuna hexavalente a niños y niñas menores a 1 años y población rezagada de 1 a 4 años, asimismo la aplicación de vacuna a niñas y niños de 4 años y población rezagada de 5 a 7 años, y mujeres embarazadas a partir de las 20 semanas de gestación
La clave para controlar la tos ferina radica en el “Programa Nacional de Inmunización” que debe seguir siendo una prioridad. Los esfuerzos tienen que centrarse también en el seguimiento y monitoreo de casos para identificar brotes a tiempo y poder actuar de manera rápida.
La historia de la tos ferina en México refleja de que a pesar de los avances logrados, la enfermedad sigue presentando desafíos significativos. La colaboración entre el sector salud, los profesionales médicos y la comunidad es esencial para garantizar que la tos ferina no vuelva a ser una causa moralidad en las personas lactantes y en las mujeres embarazadas.
