Pablo Cabañas Díaz
En un magnífico artículo titulado : “El Tonalámatl. Ordenamiento social en el tiempo y el espacio en Mesoamérica”, el investigador Rafael E. Villaseñor señala que la palabra “tonalámatl: proviene de las raíces tonalli que significa “día o destino” y ámatl que se refiere a “papel o libro”, contiene información sobre los días o los destinos”. El investigador emérito de la UNAM, Miguel León-Portilla destaca que el tonalámatl puede describirse como un registro de tipo calendario, que muestra una serie de relaciones con el universo de los dioses, los rumbos del mundo, las diversas actividades humanas y el orden cósmico. En pocas palabras , estamos ante un documento que nos habla sobre la vida y la muerte y la adivinación .
El tonalámatl fue realizado para consultar, elaborar diagnósticos y realizar pronósticos concernientes a las diversas actividades de la sociedad, enmarcadas o influenciadas por la cuenta de los días. Sobre la información que los tonalámatl proporcionan, es importante conocer su procedencia. Los códices, de origen prehispánico, de naturaleza “calendárico-ritual” son los llamados del Grupo Borgia —Borgia, Laud, Vaticano B, Cospi y Fejérváry-Mayer—, como los denominados “aztecas” —Borbónico y Tonalámatl de Aubin—. También existen los códices mayas —Dresde, París y Madrid—, y aunque de éstos no se cuenta con su nombre original, se ha decidido incluirlos como parte de los que compendian los tonalámatl, es decir, son de naturaleza calendárica-ritual. Para el estudio de los tonalámatl se recomienda los elaborados en la época de la Colonia, en virtud de que contienen caracteres latinos que resultan de gran utilidad para su comprensión y por ende para el estudio de los diversos temas relacionados con el devenir humano.
En suma, estos documentos nos remiten al ámbito de lo sobrenatural, de los dioses, y para cerrar los ciclos en la vida. En los códices existen imágenes de diversas deidades que incluyen, como parte de su composición, una distribución de los signos de los días del tonalpohualli rodeando su cuerpo. Por ejemplo, el Códice Borgia incorpora una representación de Tezcatlipoca como un dios que domina los tiempos y las partes del cuerpo, ya que a lo largo de la misma se incluyen los veinte signos de los días coligados a ciertas partes de su cuerpo, lo que determina los destinos de los días y las almas. Documentos de gran valor que se pueden consultar en línea y que son poco conocidos en este siglo XXI.