Pablo Cabañas Díaz
Como resultado de la misiva en la que el presidente Andrés Manuel López Obrador le planteó al rey Felipe VI: “realizar en el año 2021 una ceremonia conjunta al más alto nivel; en la que el Reino de España ofrezca excusas por la conquista, de nueva cuenta reaparecieron en México y en España las expresiones neo franquistas que amalgaman la acción civilizadora ibérica y la unión espiritual de España con sus antiguas colonias.
Como en los años treinta y cuarenta del siglo XX, los espacios del conservadurismo hispanófilo de nueva cuenta se ampliaron. Una vez más apareció la doctrina de la hispanidad. Para el hispanismo, la religión y el idioma español son determinantes en la definición de “lo mexicano”, y se afirma que la conquista y la colonia fueron acontecimientos dolorosos pero necesarios para incorporar a la nación mexicana al camino “civilizatorio”.
La ruptura de relaciones entre México y la España franquista y la llegada del exilio republicano instauró un debate que llega a nuestros días. Es un momento fundacional que marcó la frontera entre los conservadores hispanistas mexicanos y los exiliados. La visión hispanófila como se pudo observar, en las últimas semanas, sigue siendo un movimiento que aglutina a un amplio espectro ideológico en el que es posible identificar propuestas que oscilan entre la moderación y la extrema intransigencia.
¿Cuál es la aportación de España para frenar esta espiral y dar comienzo a una relación con México? . Hasta hoy se sigue repitiendo desde la monarquía española que la conquista y la religión católica eran los únicos contrapesos que podían oponerse a la barbarie de los pueblos originarios. No hay nada nuevo. Se repiten los argumentos del escritor Alfonso Junco uno de los principales propagandistas de la doctrina de la hispanidad que a lo largo de la década de la mitad del siglo XX, estableció una relación estrecha con el franquismo, y que destaca en sus ideas la tesis sobre la decadencia de una sociedad que ha dado la espalda a su tradición fundadora y a la religión. Alfonso Junco publicó en 1933, en España un conjunto de ensayos recogidos con el título de “Motivos mejicanos”, libro en el que denunciaba la “ola de fango” que había erosionado la moralidad de los mexicanos.
En el libro Sangre de Hispania, publicado en 1940, Alfonso Junco sugería que la “España Madre” y la “Nueva España” debían volver a “hermanarse en la estirpe. El hilo conductor de este pensamiento se sustentaba en la utilización del hispanismo para condenar al gobierno de Lázaro Cárdenas por haber abierto las puertas al exilio republicano. El objetivo fue unir los destinos del México conservador a los de la España franquista: México es español. Porque es español es católico. Las clases medias y altas influidas por la visión conservadora, sustentaron propuestas autoritarias y apelaron a un proyecto discriminatorio basado en las ideas raciales para dar fundamentos a lo nacional. Fue esa cultura criolla que veía al mestizo y al indígena como inferior. Desde esa perspectiva hispanófila —la de las “personas decentes”— la crítica se ejercita contra los valores liberales y en nombre de los intereses de las clases altas y medias es la que el país requiere pues ven en los cambios sociales con gran temor pues va en contra de sus privilegios.