Pablo Cabañas Díaz
La sombra del crimen organizado y los escándalos de corrupción merma la fuerza electoral del PRI. En los comicios de 2016 perdió en siete de 15 elecciones de gobernador– y pasó a ser la segunda fuerza política nacional después del PAN. Hoy, las preferencias electorales son: el crecimiento del PAN y de Morena y la caída del PRI y del PRD. Frente a estos escenarios, el PRI tiene serias debilidades y es cuando opta por tomar la bandera de la lucha contra la corrupción.
Estudios demoscópicos muestran que no se exculpa al PRI por el hecho de que persigue a su ex gobernadores; al contrario, se le hace responsable porque la magnitud de la corrupción a la que llegó Veracruz con Javier Duarte, es inaudita . El PRI en una lógica oportunista, se subió a esta discusión sin tener en cuenta que la Fiscalía General de Guatemala aseguró que Javier Duarte de Ochoa no pudo ser detenido antes porque no existía una solicitud de aprehensión para extradición por parte de la Procuraduría General de la República (PGR).
Para muchos la detención de Duarte es un plan maestro para posicionar al PRI como un partido que efectivamente combate a la corrupción. Pero hay que recordar que el ex gobernador formó parte de una generación en la que también estaban César Duarte, Roberto Borge y Rodrigo Medina.
En Los Pinos hay quienes están convencidos que con la detención de Tomás Yarrington y Javier Duarte se da un espaldarazo a la administración de Raúl Cervantes al frente de la PGR. Estos operativos parecen ser el corazón de una estrategia para convertir al Procurador en el nuevo Fiscal General por los próximos nueve años. También en esa lógica es una buena noticia para Enrique Ochoa, que estableció al combate a la corrupción como su emblema de gestión. Ahí están los procesos para suspender del partido a los gobernadores que pocos años atrás eran aliados clave.
Pero las detenciones contra los ex gobernadores en los hechos beneficiaron más al PAN y a Morena. Al final hay un dato central el nexo de Duarte contra Alfredo Del Mazo y el PRI. Del Mazo ya tuvo que responder en varias entrevistas y conferencias de prensa por su vínculo con Duarte. Aunque se haya intentado ligarlo a AMLO -por la presunta ayuda en las elecciones de 2016-, nadie se olvida que el veracruzano es priista.
El primo del presidente tiene fotos abrazado con Duarte, celebrando como Director General del Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras) la entrega de recursos al entonces gobernador. Del Mazo dio 794 millones de pesos para 45 municipios de Veracruz para “desarrollar, ampliar o modernizar obras de infraestructura social”. Hoy los municipios siguen negociando con el panista Miguel Ángel Yunes Linaes para que se les abone la deuda que dejó Duarte.
La captura de Duarte pondrá el tema de la corrupción en la primera plana durante días. Pero se olvida que el proceso de extradición y el avance de la causa no será automático. La vinculación del tema corrupción con el PRI si no tienen una salida contundente contra Duarte al paso de los días será un pasivo para el PRI y un error que tendrá resultados en la urnas.